Idioma.
En un momento ordinario, de esas horas que su noción es tan nitida que lo único que percibes son tusrespiraciones salir lentamente de tu nariz, un fuerte impácto llegó a todo mi cerebro, chocando efusivamente contra mis ojos y saliendo lentamente de mi corazón, había experimentado una sensación tansofocante, que mis pulmones se abrieron de par en par para capturar un poco de aire. Entre los espectadores se encontraba aquella persona que no se separaba de mi ni un segundo; me observaba anonadado,con sus grandes y obscuros ojos posados en mi, de una manera poco convencional, sabía que tenía que hacer algo para que no entrara en pánico, pero no sabía qué. Intenté estirar mi brazo, para tocar elsuyo pero el temblor que éste tenía era imparable, de nueva cuenta quise voltear mis ojos hacía el para comunicarle con señas o expresiones que todo iba de maravilla, pero éstos se negaron a fijar lavista a otro lado. Frustrada, comenzé a dar ordenes a cada uno de mis miembros, pero era inútil, puesto que sufría inconcientemente contracciones que amenazaban a mi cuerpo temblorino tirado en elsuelo. Viendo mi lucha interna, y de antemano sabiendo de mi mal, se acercó de una manera titubeante, y susurró algo a mi oido... su cálida voz destenzó cada una de mis celulas, mis ojos se pusieron en...
Regístrate para leer el documento completo.