Imbecilidad y bioética

La única obligación que tenemos en esta vida es no ser imbéciles. La palabra imbécil viene del latín baculus, que significa bastón. Si el imbécil cojea no es de pies, sino de ánimo. Es su espíritu el debilucho y cojitranco, aunque su cuerpo pegue volteretas. Hay imbéciles de varios modelos:
a. El que cree que no quiere nada, dice que todo le da igual, vive en siesta permanente aunque tenga losojos abiertos y no ronque.
b. El que cree que lo quiere todo, lo primero que se presenta y lo contrario de lo que se presenta.
c. El que no sabe lo que quiere ni se molesta en averiguarlo. Es conformista sin reflexión.
d. El que sabe qué quiere y sabe lo que quiere y por qué lo quiere pero sin esfuerzo, dejándolo para mañana.
e. El que quiere con fuerza y ferocidad pero se ha engañado a simismo lo que es la realidad. Termina confundiendo la buena vida con algo que le hará mal.
Todos estos tipos de imbecilidad necesitan bastón, osea, apoyarse en cosas de afuera, que no tienen que ver con la libertad o reflexión propia. Los imbéciles suelen acabar mal, no logran vivir la buena vida. Lamento decir que síntomas de imbecilidad solemos tener todos, ¡la imbecilidad asecha y no perdona!No hay que confundir imbecilidad con lo que normalmente se llama “imbécil”, osea tonto. Uno puede ser imbécil para las matemáticas y no serlo para la mora, es decir, para la buena vida, y al revés. Para evitar la imbecilidad de cualquier campo es preciso prestar atención, como hemos dicho en el capitulo anterior, y esforzarse todo lo posible por aprender.
Lo contrario de ser moralmente imbéciles tener conciencia. Pero la conciencia no es algo que nos caiga del cielo. Hay que reconocer que ciertas personas tienen desde pequeñas mejor “oído” ético que otras y un “buen gusto” moral espontaneo, pero estos pueden afirmarse y desarrollarse con la práctica. ¿Y si alguien carece de semejante “oído” y “buen gusto” en cuestiones de buen vivir? Pues mal remedio le veo a ese caso.
Bueno, admitoque para lograr tener conciencia hacen falta alguna cualidades innatas, también serán favorables ciertos requisitos sociales y económicos. Pero una vez concebido ese mínimo creo que el resto depende de la atención y esfuerzo de cada cual. ¿En qué consiste la conciencia que curará la imbecilidad moral?
a. Saber que no todo da igual porque queremos vivir bien, humanamente bien.
b. Estar dispuestos afijarnos en si lo que hacemos es lo que realmente queremos.
c. A base de práctica ir desarrollando el buen gusto moral.
d. Renunciar a buscar coartadas que disimulen que somos libres y ser responsables de nuestros actos.
¿Por qué está mal lo que llamamos malo? Porque no le deja a uno vivir la buena vida que queremos. ¿Hay que evitar el mal por una especie de egoísmo? Ni más ni menos. Sellama egoísta a quien solo piensa en sí mismo y no se preocupa por los demás. Hay personajes conocidos egoístas y desde luego no se distinguen por lo exquisito de su conciencia ética ni por su desempeño para evitar hacer el mal.
Pero, ¿son tan egoístas como parecen estos llamados egoístas? ¿Quién es el verdadero egoísta? Es decir: ¿quién puede ser egoísta sin ser imbécil? La respuesta parece obvia:el que quiere lo mejor para sí mismo. Y ¿qué es lo mejor? Pues eso que llamamos buena vida.
Los humanos necesitamos para vivir bien algo que solo los otros humanos pueden darnos si nos lo ganamos, pero es imposible de robar por la fuerza o engaños.
Cuando se roba ese algo (cariño, respeto) pierde todo su buen gusto y a la larga se convierte en veneno.
Deberíamos llamar egoísta consecuenteal que sabe de verdad lo que le conviene para vivir bien y se esfuerza por conseguirlo. El que se harta de todo lo que le sienta mal, en el fondo quisiera ser egoísta pero no sabe. Pertenece al gremio de los imbéciles y habría que recetarle conciencia para que se ame a sí mismo. Cree que se ama a sí mismo pero se fija tan poco en lo que de veras le conviene que termina portándose como su peor...