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DESARROLLO
Lees ese anuncio: Una oferta de esa naturaleza no ase todos los días. Se solicita historiador joven. Ordenado, escrupuloso. Conocedor de la lengua francesa. Dirección donceles 815 acuda en persona. Leerás el anuncio. Te detendrás en el último renglón cuatro mil pesos.
Te sorprenderá imaginar que alguien vive en la calle de Donceles. Siempre has creído que en el viejocentro de la ciudad no vive nadie. Caminas con lentitud, tratando de distinguir el número 815 en este conglomerado de viejos palacios coloniales convertidos en talleres de reparación.
Las ventanas ensombrecidas por largas cortinas verdosas esa ventana de la cual se retira alguien en cuanto tu la miras, miras la portada de vides caprichosos, bajas la mirada al zaguán despintado ydescubres 815, antes 69.
Cierras el zaguán detrás de ti e intentas penetrar la oscuridad de ese callejón techado.
El olor de la humedad de las plantas podridas te devolverá mientras marcas tus pasos. Tocas esa puerta que huele a pino viejo y húmedo buscas una manija terminas por empujar y sentir. Un tapete delgado, mal extendido, que te hará tropezar y darte cuenta de lanueva luz, grisácea y filtrada. Que ilumina ciertos contornos.
Tropiezas al pie de la cama debes rodearla para acercarte a la cabecera.
Toca la tuya con unos dedos sin temperatura que se detiene largo tiempo sobre tu palma húmeda.
-Felipe Montero. Leí su anuncio
-Si, ya se. Perdón no hay asiento
-Estoy bien. N so se preocupe
-Esta bien. Por favor. Póngase de perfil. No lo veobien
-Claro, lo leyó ¿Se siente calificado?
- A parís, madame
-Voy al grano. No me quedan muchos años de vida por delante, he preferido colocar ese anuncio en el periódico.
-Si por eso estoy aquí
-Si entonces acepta.
La anciana sonreirá, incluso reirá con su timbre agudo y dirá que le agrada tu buena voluntad y que la joven te mostrara tu recamara.
Consultas elreloj, después de fumar dos cigarros, recostado en la cama. De pie te pones el saco y te pasas el peine por el cabello. Empujas la puerta y tratas de recordar el camino que recorriste al subir. Quisieras dejar la puerta abierta para que la luz del quinqué te guie es imposible por que los resortes la cierran.
Avanzas con cautela como un ciego con los brazos extendidos rozando la pared yes tu hombro lo que inadvertidamente aprieta el contacto de la luz eléctrica. Te detienes guiñando en el centre iluminado de ese largo pasillo desnudo, Al fondo el pasamos y la escalera de caracol.
La señora se moverá por primera vez desde que tu entraste a su recamara; al extender otra vez su mano tu sientes esa respiración agitada a tu lado y entre mujer y tu se extiende otramano que toca los dedos de la anciana. Miras a tu lado y la muchacha esta allí esa muchacha que no alcanzas a ver de cuerpo entero por que esta tan cerca de ti.
-Le dije que regresaría…
-¿Quién?
-Aura Mi compañera mi sobrina
- buenas tardes
Puede usted a leer esta parte. Ya le iré entregando las demás. Buenas noches señor Montero. Gracias
Esa misma noche lospapeles amarillentos, escritos con tinta color mostaza a veces horadados por el descuido de ceniza de tabaco manchados por moscas.
Duermes sin sonar hasta que el chorro de luz te despierta a las seis de la mañana por que ese techo de vidrios no posee cortinas. T e cubres los hojos con la almohada y tratas de volver a dormir.
La puerta de la recamara de la anciana se abrea tus espaldas alcanzas a ver la mano que asoma detrás de la puerta apenas abierta coloca esa porcelana en el vestíbulo y se retira cerrando de nuevo.
Haces un esfuerzo para contenerte distraes tu atención escuchando el batir imperceptible de otra puerta a tus espaldas que debe conducir a la cocina.
Tienes al fin el valor de acercarte a ella tomar su mano abrirla y...