Intersticios de realidades

UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA UNIDAD IZTAPALAPA

DIVISION DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANIDADES POSGRADO EN CIENCIAS ANTROPOLOGICAS

INSTERSTICIOS DE REALIDADES

JORGE CESAR VELEZ CERVANTES Tesina de Maestría en Ciencias Antropológicas

Director: Dr. Carlos Garma Navarro Asesores: Mtro. Juan Pérez Quijada Mtra. Isabel Lagarriga Attias

México, D. F.

Julio del 2001

INTERSTICIOSDE

REALIDADES

Jorge César Vélez Cervantes Julio del 2001

A Don Luis Juárez Galván Por su humildad y amor a la vida

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If the doors of perception were cleansed every thing would appear to man as it is, infinite. For man has closed himself up, till he sees all thing thro´ narrow chink of his cavern.
William Blake The Marriage of Heaven and Hell (1793)

Si las puertas de lapercepción se limpiaran, todo aparecería a los hombres como realmente es, infinito. Pues el hombre se ha encerrado en sí mismo, hasta ver todas las cosas a través de las estrechas grietas de su caverna
William Blake Las Bodas del Cielo y el Infierno (1793)

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... tocando la puerta...
Si han ocurrido sucesos y he estado en circunstancias que han modificado mi vida en los últimos años, se lodebo a la antropología. Ahora nuevamente reflexiono sobre todo este tiempo en que he tenido la oportunidad de vivir experiencias en diversas situaciones. Pero las que ahora quiero dar a conocer, son aquellas que he vivido en los pueblos rurales y sobre todo en algunos de los pueblos indios de México. 1994, es el año que marca el parteaguas contemporáneo de la inercia nacionalista de este país. Alparecer muchos habitantes del país, mexicanos y personas de otras nacionalidades o etnias desconocían o ignoraban la existencia de población indígena. Esto, en mi percepción mestiza, ya había ocurrido muchos años atrás. Y ya estaba tan acostumbrado a reconocerlos, que consideraba que todos sabíamos de su presencia. Pero la sorpresa fue que no ha sido así. La negación, la exclusión, la marginación, lasubordinación y la segregación, dada por prejuicios en que se discrimina y se presentan otras formas de racismo hacia esta población, parecen ser las barreras que han impedido reconocerlos y permitirles su propio desarrollo. De una vez conviene aclarar mi postura, en la que evito generalizar las condiciones de vida de los pueblos indios, pues caería en el mismo error de homogeneizar o concebirlosa todos como iguales, sin atender sus diferencias. Parece ser el precio de los nacionalismos. No puedo ser la voz de ellos, ni lo pretendo. Ni puedo pensarlos como un laboratorio para aplicar mis hipótesis científicas para comprobar los nuevos paradigmas de las ciencias sociales. Esto sería una falta de respeto y una falacia que puede llevar a la ignominia. Hablaré modestamente desde mí, y de losconocimientos y experiencias que me han permitido compartir en sus espacios y tiempos.
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Considero que ellos, como pueblos, pese a sus condiciones históricas, políticas, económicas, sociales y culturales tienen la capacidad de expresarse desde sí mismos. Que queramos forzar sus códigos de comunicación a nuestra conveniencia porque así entendemos nosotros el mundo, son signos de unacolonización que persiste. Parece que no fue suficiente que la “Comandante Esther”, y otros indígenas, leyeran a la nación algunos mensajes reivindicativos desde el palacio legislativo. Y me gustaría que se pensara en ella como indígena tzeltal más que como “neozapatista”. Al parecer, no se percibió su actitud humilde, y a la vez de valentía, al tener que ir desde su pueblo hasta el centro del país, dondesegún los representantes de la sociedad mexicana atienden responsablemente los asuntos de la nación, para subir a un estrado y desde ahí leer un discurso. Este discurso también estaba codificado para que las personas mestizas, y una que otra casi criolla, lo comprendieran. No era la voz de su corazón, pues no se expresaba en su autenticidad. Si así no le entendieron muchos, menos lo iba a ser...