Investigaciones

A una mujer noble de duros sentimientos

No he venido aquí
a llorar mi desgracia,
he venido para que esta hipócrita sociedad
que tanto me señala
y hace de mí su alimento de murmuracionessepa que también mi dolor es humano
y que a pesar de mis sufrimientos
todavía soy una mujer,
una mujer que quiere ser como todas.
Si, que quiere vivir otra vez,
que ya no desea
ser como unbillete viejo
que pasa por muchas manos;
por las del político, las del burgués,
las del campesino, las del obrero
y se ensucia fácilmente,
ya no deseo
ser la basura que pulula por las calles,
nia peregrina de la noche,
no, ya no quiero ser así,
porque me atormenta mi dolor,
y me persigue diariamente
esta vida de sufrimientos
la que me acompañará siempre
así como viven los recuerdosdentro de mí.
Violada a los 13 años
y echada del hogar como un perro,
después, después a comerciar con mi cuerpo,
a venderlo, a subastarlo
para poder vivir, porque también
soy humana ytengo derecho a existir,
porque también tenía que dar de comer a mi hijo, él,
que no tuvo culpa alguna
de tener una madre a la que señalan todos,
diciendo: ahí va la que cobra 60 ó 40
cuando estáde buenas;
ahí va con la que me acosté anoche,
ahí va la borracha, la prostituta.
Por eso a ustedes los hombres que juzgan,
lo mismo que pisotean mi dignidad,
yo les pido que
en lugar dehundirme más en el fango,
luchen por terminar
con la gente que nos explota
esos miserables
comerciantes de la desgracia ajena
contra ellos deberían luchar,
ustedes ¡cobardes! que criticandetrás de su miedo,
detrás de su hipocresía,
y todavía se atreven
a buscar el objeto saciante de su placer,
¡ya basta, ya me cansé
de soportar tantas humillaciones!
también tengo corazón,
y comotodos también por mis venas
corre sangre
y también soy hija de Dios,
que Él me juzgue
y ustedes preocúpense por salvar su alma,
tal vez esté más sucia que la mía.

Francisco Javier Romero...