Jajaja
Está enfermo dijo Chance . No está nada de bien.
Así me han dicho. El Embajador asintió, al tiempo que miraba fijamente a Chance . Señor Gardiner dijo . Quiero hablarle con todafranqueza. Considerando la gravedad de la situación económica de su país, es evidente que usted está llama a desempeñar un papel importante en el Gobierno. He observado en usted una cierta... reticencia enque atañe a las cuestiones de orden político. Pero ¿no le parece, señor Gardiner, que nosotros, los diplomáticos, y ustedes, los hombres de negocios, debiéramos encontrarnos con mayor frecuencia?¡Después de todo, no estamos tan alejados...!
Chance se llevó la mano a la frente.
No, por cierto dijo . Nuestras sillas casi se tocan.
El Embajador se rió con ganas. Los fotógrafos registraron laescena.
¡Bravo! ¡Muy bien! exclamó el Embajador . ¡Nuestras sillas casi se tocan! Pero, ¿cómo decirlo?... Los dos queremos conservar nuestros asientos, ¿no es cierto? Ninguno de los dos tieneinterés en dejarse birlar la silla ¿verdad? ¡Dígame si no tengo razón! ¡Muy bien! ¡Excelente! Porque si uno de los dos cae, el otro también es arrasado en la caída, y nadie quiere hundirse antes de quesea necesario ¿eh?
Chance se sonrió y el Embajador volvió a reírse con entusiasmo.
Skrapinov se inclinó súbitamente hacia su interlocutor.
Dígame, señor Gardiner, por ventura ¿le agradan lasfábulas de Krylov? Se lo pregunto porque usted tiene un cierto toque kryloviano.
Chance echó una mirada en derredor y vio que los camarógrafos estaban registrando el diálogo.
¿Un toque kryloviano?...
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