José revueltas y los intelectuales

José Revueltas y los intelectuales. La “democracia cognoscitiva” como nuevo horizonte teórico.

Mirna Alicia Benítez Juárez
Fac. de Sociología,
Universidad Veracruzana


Casi 50 años de militancia comunista le posibilitaronuna basta experiencia sobre la cual reflexionar, pero no sólo hacia los últimos días de su vida sino desde las primeras y siempre apasionadas participaciones, ubicándoles a partir de 1929, cuando en México es proscrito el Partido Comunista Mexicano (PCM) y tiene que ir a la cárcel porque se suma a los festejos por el aniversario de la revolución bolchevique, sólo unos cuantos días antes de quecumpliera 15 años de edad.
A raíz de esa reclusión decide buscar su aceptación dentro del partido comunista aunque, por ser muy joven y “leído” era “sospechoso” y había “que probarlo” antes en las filas del “socorro rojo internacional”. Una vez acreditado un examen de “conocimientos básicos” inicia su inserción en el organismo que consideraba idóneo para la lucha.


Un compañero deapellido Casado me hizo un examen teórico y me preguntó qué había yo leído, y le dije que el resumen de El Capital; todavía no estaba editado el texto íntegro en castellano. Se puso a preguntarme de la plusvalía, de la fuerza de trabajo, el valor de uso, el valor de cambio; todo lo contesté muy bien y pensó que yo era un espía preparadísimo.[1]


Pero José Revueltas no era un jovencito quesobreviviera como asalariado en alguna fábrica o trabajara en el campo mexicano. Era un muchacho que sabía leer y escribir –y lo hacía muy bien- y, además, era hermano de Silvestre y Fermín Revueltas, militantes del Partido Comunista Mexicano y artistas de fuerte presencia en el ámbito cultural de la ciudad de México. Luego entonces tenía un “capital cultural” que lo diferenciaba de muchos de losjóvenes de su edad y entraba a la vida política del país justo cuando los obreros y los campesinos empezaban a demandar a “la revolución hecha gobierno” el cumplimiento de las promesas dada su participación en el movimiento armado de 1910-1917. Pero no sólo eso, también lo hacía cuando las directrices de la III Internacional marcaban la línea de “confrontación directa” contra la burguesía en un giroque muchas vidas costaría al joven partido mexicano.
México -hacia el inicio de la década de 1930- sustentaba su economía en el sector agrario, como buena parte del resto de los países de Latinoamérica, pero de ese sector también habían surgido los líderes de la emergente burguesía nacionalista que encabezaron la primera revolución del siglo XX. Una vez eliminado el grupo que representaba alos sectores que reclamaban una profunda justicia social, el nuevo grupo que asumía el poder inició la “institucionalización” del proceso revolucionario y su consolidación como promotores de un estado capitalista moderno. Mas la propia dinámica clasista en un país de gran extensión geográfica había acelerado los procesos económicos en sus diversas regiones y la lucha intra e interclasistaencontraba expresiones diferentes acorde a sus particularidades.
Por esos años, el peruano José Carlos Mariátegui era un militante comunista que señalaba la necesidad de atender a las características históricas de cada nación para pretender su transformación hacia el socialismo, y lo presentaba bajo las tesis y ponencias que la Delegación del Perú vertió en la Primera Conferencia ComunistaLatinoamericana, en Buenos Aires, en 1929, valiéndole la animadversión de quienes consideraban que la teoría “era una” y había que aplicarla de manera unívoca. “El Amauta”, no obstante, hacía precisiones que le llevaban a romper esquemas y proponer un marxismo diferente, como buen conocedor que era de su historia patria. También por esas fechas la impronta del cubano Julio Antonio Mella ya se sentía...