JUAN OSITO

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JUAN OSITO

Un temido oso de la región raptó a una doncella del pueblo y la condujo a una caverna, cubriendo la entrada con una gran piedra, para que no pudiera escapar.

Pasados los años, el pueblo llegó a la triste conclusión que la bella joven había sidoasesinada por el oso.

En tan horrible cautiverio, la joven india dio a luz un engendro mitad ser humano y mitad oso. Aquel fruto de sus entrañas con el tiempo creció y aprendió a hablar; pero a la vez aprendió a ser sumiso y tierno, pues había heredado el gran corazón de su madre y la extraordinaria fuerza de su padre.

Cauteloso el atrapador, cada vez que tenía que salir, tapiaba la entrada de lacaverna para evitar que se escapara su prisionera o penetrara alguien. La infeliz cautiva, cubierta de burdas pieles, contaba a su retoño lo bella que era la naturaleza allá fuera y lo muy feliz que fue antes de que el oso la raptara.

El joven mitad hombre mitad oso le propuso a su madre empujar la gran piedra y así poder escapar. El muchachito, haciendo gala de su fuerza, a duras penas logró moverla roca, lo suficiente como para poderse deslizar y huir de aquel siniestro lugar.

Demacrada por falta de sol, la mujer contempló maravillada lo que por tanto tiempo se le había negado; y aspirando el aire puro dice a su hijo: tenemos que huir de inmediato.

El oso no tardó en regresar y al descubrir que habían escapado, emprende pronta persecución. No tardó en encontrar el rastro y daba talesrugidos que hubiera amedrentado hasta al más valiente.

Ante tales rugidos madre e hijo se dieron cuenta que el oso les estaba pisando prácticamente los talones, pues además éste ya los había visto. Desesperados aceleran la huída trasponiendo peligrosos precipicios. El oso en su intento por darle caza lo antes posible, al tratar de saltar un abismo, el peso de su tremenda humanidad hizo que dieraaparatosamente en lo más profundo del precipicio, encontrando segura muerte.

Jadeantes y medio muertos, madre e hijo llegaron al poblado. Muchos pobladores lograron reconocer a la doncella, a quien hacía tiempo daban por muerta; pero al ver el engendro que la acompañaba, casi la mayoría empezó a correr; muchos pensaban que se trataba de una personificación del mismo diablo. El único que los acogiócon humana compasión, fue el viejo párroco del lugar, quien más tarde dio el bautizo al muchacho, poniéndole como nombre “Juan Osito”. Para evitarle disgustos lo tenía resguardado en la parroquia, donde realizaba labores propias de su especie, con el esmero que su agradecido corazón le dictaba.

Juan Osito poseía por herencia una gran fuerza. Después de Semana Santa, llegado el sábado de Gloria,el párroco le pidió que subiera al campanario y echara al aire las campanas en señal de júbilo por la gloriosa resurrección de taita Dios.

Juan Osito cumplió al pie de la letra, pero como no sabía que echar al aire las campanas era hacerlas tañer con alegría, Juan Osito las arrancó de cuajo y las tiró al aire; estas, al caer, en vez de tañer, se rompieron completamente.
Por su inocente ignoranciael joven Osito era blanco de duras reprimendas tanto del viejo cura, como de la gente que además se quejaba que Juan Osito asustaba a todos, inclusive a los animales que transitaban por la ciudad.

Juan Osito estaba virtualmente decepcionado de toda la gente. Antes de venir al pueblo se había formado otra imagen de los hombres, pues su madre le había dado una idea distinta de lo que eran enrealidad.

Por entonces asolaban la región dos pumas que merodeando cada anoche por los establos, hacían de las suyas con los animales más tiernos.

Nadie se atrevía hacerles frente por temor a ser devorados o heridos de muerte por ese par de hambrientos felinos.

Juan Osito pensó que tal vez si daba caza a los pumas, la gente lo querría y hasta sentiría admiración por él. Así una noche se escondió...