Juan

14N, día de lucha, de lucha en la calle, de lucha pacífica, de lucha de la razón que trata de reivindicar su supremacía y florecer en medio de esta vorágine de fatalidad. Una fatalidad, llamadacrisis, crisis económica, crisis de valores, crisis de la razón, crisis de humanidad en definitiva… Porque por encima de toda situación económica y política, primero están las personas y parece que es delo primero que nos hemos olvidado.
Si algo nos debería aterrar de esta situación en la que nos encontramos es la falta de solidaridad, la falta de compromiso de los unos con los otros, la desatenciónque sufren familias que lo han perdido todo, que no tienen en qué ni en quién ampararse, que solo encuentran el consuelo de unos pocos que luchan por defender lo de todos y no solo lo propio. He ahíel problema, no somos capaces de mirar más allá de lo nuestro, de mirar por el de al lado, de ponernos en la piel del que no tiene la suerte de tener algo para comer, un techo para dormir, del quetiene que privar a sus hijos de Navidad porque le han quitado la paga, del que no tiene acceso a una atención médica, del que no puede acceder a los medicamentos que requiere su tratamiento, del ancianoque no tiene quien le atienda porque su familia trabaja y le han quitado a quien cuidaba de él y para colmo deberá pagar no solo por los medicamentos si no por los traslados en ambulancia hasta elhospital para sus revisiones… Y dejo muchos casos en el haber, que no en el olvido…
Por ellos, el pasado miércoles, muchos cesamos nuestra actividad habitual y a la tarde, no dudamos en acudir a lasmanifestaciones convocadas. Allí nos congregamos personas de diferentes lugares, seguramente de diferentes ideologías, pero todos teníamos algo en común…Necesidad de cambios. Cambios en esta realidadpolítico y social que nos envuelve, que perturba el trascurso de nuestro día a día, que nos impide, en muchas ocasiones, levantarnos con una sonrisa, que nos obliga a vivir en un pesimismo continuo....