jugando
Ambos corrieron hacia allí, Axel la abrazó y tomóla cámara. Ahora, su corazón se había convertido en un trozo de hielo blando y enfermo que estaba por detenerse. Se le formó un nudo en la garganta seguido de tres arcadas que lo hicieron tambalearse ycaerse de rodillas junto a su esposa que justo se levantaba. Otra vez, el deseo y los pensamientos oscuros predominaron sobre la mente y la razón. Podría haber jurado que todos los cuchillos estabanen la otra mesada, pero por alguna razón, uno de ellos había aparecido cerca de la mano nerviosa y huesuda de la mujer desesperada. Un tajo. Una mejilla cortada. La madera reluciente manchada desangre. Un grito, luego dos. Luego tres. Ira. Miedo.
Un arduo trajinar le esperó en el hospital. Catorce puntos de sutura desde la unión izquierda de los labios hasta el lado opuesto del lagrimal. No sepresentaron cargos, por supuesto que no.
"¿Cómo es posible que una niña de cinco años pueda llegar a tal altura para tomar la cámara de fotos?" se preguntaba Maia mientras le acariciaba el cabello asu hija. Esa noche, se acostaron las tres juntas, pero una sola dormía, otra lloraba y la otra se regocijaba detrás de un rostro inmóvil.
La comunicación matrimonial fue recobrada a la semana y media,pero no eran tan agradables como antes. Cualquier tipo de discusión anterior al día del suceso les había parecido una estupidez, emitían frases cortas y sin sentimientos, principalmente ella, quien...
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