Kant

INTRODUCCIÓN.
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Para una reiteración de los estudios kantianos.
Cristian Soto Herrera
Estudiante de Licenciatura en Filosofía
Universidad de Chile

Conmemorando (славити успомену) el bicentenario de la muerte de Kant - quien, tras (после) una larga carrera de la más intensa vida espiritual, cerró sus ojos el 12 deFebrero de 1804 -, hoy no han dejado de rendirse (предати се) homenajes (помен) en su nombre. Es lo que hemos visto en el transcurso de este año: a las conferencias, coloquios y seminarios sostenidos en diversos lugares del mundo pro filosofía crítica, han venido a sumarse, en general, nuevos ensayos biográficos y estudios acerca de la doctrina, haciéndonos ver de esta manera que aún es necesario yfructífero (плодоносно, уносно) un nuevo examen de la vida y de la obra del pensador de Königsberg.
Por nuestra parte, no hemos permanecido indiferentes. Al contrario, hemos reunido también nuestras fuerzas con el fin de ofrecer, al menos, un pequeño impulso al curso de los estudios kantianos, durante tantos años ininterrumpidos. Ahora, a modo de introducción y para no perdernos en divagaciones(лутањља), quizás convenga reunir las inquietudes (немир, забринутост) que nos convocan (позивати) bajo la pregunta: ¿qué significa reiterar un pensamiento, en este caso, el de Kant?
A diferencia de otros procedimientos (поступак, процедура) históricos, como el biográfico o el doctrinal, la reiteración, sin buscar hacer ni una cosa ni otra, aunque sirviéndose de ambas, examina, por unlado, qué condiciones impone (наметнути, одредити) nuestro tiempo al pensamiento, en este caso, de Kant, es decir, qué condiciones resultan insoslayables (без препрека, не косо) hoy a la hora de intentar volver a hacer su camino. Pues esto, poco más o menos, significa 'reiterar': volver a hacer el camino. Pero, por otro lado, la reiteración también necesita tener en cuenta qué condiciones nos imponea nosotros mismos nuestro propio tiempo, es decir, desde dónde (irremediablemente (непоправљиво?!), cuando ya es un hecho) leemos a Kant. En este sentido, tanto la vida (biografía) como el pensamiento (doctrina) de nuestro filósofo cobran (стећи, наплатити) significado hoy para cada uno, para cualquiera, sólo en la medida (полупуна) en que el engarce fundamental de las inquietudes del filósofosigue siendo, de algún modo, como si fuera el nuestro, o cercano a nosotros, o compatible con los requerimientos que nos son impuestos. Y en este sentido, también, biografía y doctrina nos dan prueba de la supervivencia de la hazaña del pensador cuando ellas se dejan unir, sin falsas ficciones de por medio, con la reflexión y el estudio de las cuestiones filosóficas que actualmente nos concierneny nos resultan relevantes.
Con todo, no es nada nuevo lo que así se sugiere. A nuestro alcance hay algunos ejemplos similares a la reiteración en la que pensamos. Basta con recordar que Windelband, Ortega y Gasset y L. W. Beck cuestionaron, cada uno en su momento, qué conservaba aún vivo el ímpetu (нагон, импулс, покретачка снага) de la filosofía kantiana para ofrecerle a ellos.
El primero,en 1881, a los cien años de la publicación de la Crítica de la razón pura y, luego, en 1904, a los cien años de la muerte del filósofo, se preguntaba “¿qué saldrá hoy del criticismo?”[1] Desde tal pregunta revisaba las distintas corrientes que se debatían en aquellos años. Son diversas sus observaciones. Pero, grosso modo, dan cuenta en pocas palabras de las direcciones que la filosofía siguióen el último tercio del siglo XIX. La historia es, mas o menos, conocida: luego del auge (врхунац) de la filosofía idealista y de los ideales románticos, que predominaron en la primera mitad de siglo, un fuerte surgimiento del espíritu positivista coincidió, por un lado, con el retorno a la filosofía crítica, preconizado por Zeller, Liebmann, Riehl y Cohen, entre otros, y, por otro lado, también...