LÁGRIMAS POR UNA MEDALLA

Reflexión: “Lágrimas por una medalla”

Tania Lamarca (Vitoria, 1980) fue una de las componentes del equipo de gimnasia rítmica que ganó la medalla de oro en los JuegosOlímpicos de Atlanta en 1996.
En el año 2008, con la ayuda de la periodista Cristina Gallo, escribió “Lágrimas por una medalla” donde se desvela la vida diaria de Tania y sus compañeras desde quecomienza la concentración con el equipo dos años antes de la gran competición hasta el regreso a España con la medalla de oro colgada al cuello.
Tania hace descubrir cómo vive un deportista de élite, lossacrificios, las alegrías, los momentos difíciles, emociones, todo.
La comida es una parte central de la historia. El elemento común eran las continuas dietas y la falta de pan. A lo largo del relatopuede observarse como el peso se convierte en una obsesión. Lo primero que veían al llegar a la casa donde se alojaban con otras gimnastas en el equipo nacional era una báscula, lo primero en lo quese fijaban después de la cena cuando se amontonaban en el sofá para ver la tele era lo que comían… A partir de las once de la noche, a dormir.
Dice que ella no pasó hambre, pero sí muchas de suscompañeras. Les controlaban todo lo que comían. Si no cumplían el peso, esa noche les esperaba un solitario yogur con una pieza de fruta. Aparte de pesarlas, les registraban las habitaciones y revolvíanlos cajones, armarios, camas, etc., en busca de comida. Esto se traducía en técnicas como cajones de doble fondo para guardar chocolate. Llegaban a tener tanta fijación que coleccionaban losenvoltorios de las chucherías que se comían.
La entrenadora les citó claramente los tres mandamientos de lo que llamaron la “Biblia de la Olimpiada”, que según ella debían cumplir para disfrutar en Atlanta:entrenar bien, descansar y cumplir el peso.
Tras los juegos olímpicos, el equipo explicó a sus padres que Tania tenía sobrepeso: medía 1,58 y pesaba 46 Kg. Si no bajaba hasta 41 la echarían del...