La ética en el arte del crimen

La ética en el arte del crimen







En el siguiente informe se analizará y discutirá el tema del criminal como artista y sujeto estético en la novela policiaca, específicamente expuesto en la novela “Diez Negritos” de Agatha Christie. A partir de éste se apoyará la hipótesis, respaldada también en textos teóricos sobre la temática de la novela policiaca, éstos permitiránuna mejor comprensión y un análisis más profundo de la tesis.

El asesinato artísticamente bello, estéticamente perfecto y planeado de manera notable por el criminal para que todo salga según lo calculado, ¿Nos sorprende de modo que dejamos más bien de juzgar al asesino por las atrocidades cometidas para pasar a la admiración de éste? Al hablar de “artista criminal” o “asesinato estético”, ¿Noscorresponde admitir que existe un arte que debe ser reconocido como tal, contemplado y disfrutado como una obra de atractivo comparable con una escultura, una pintura o una canción? ¿Estamos sobrepasando los límites éticos por un asunto de estética?





Para establecer la probable solución a estas interrogantes primero debemos sostenernos en el extraordinario ejemplo de “artista criminal”como es el caso del asesino en “Diez Negritos”, el juez Laurence Wargrave. Sus homicidios son estéticos por excelencia, no solo por su afán de seguir de manera impecable el orden de la canción infantil y todo el juego que se da en torno a esto, sino que además el hecho de ser perfecto, indescifrable y con un desenlace completamente impredecible. Todos estos factores, además de la construcción de lahistoria por parte de Agatha Christie, son los que hacen entrar a esta novela al ranking de los 10 libros más vendidos en el mundo, con aproximadamente 100 millones de copias. (Davies, párr. 2) Algo nos dice que a la gente le atrae esta historia.

Analicemos un poco más a este espléndido y singular genio criminal que es el Juez Wargrave. Donde mejor lo conocemos a él y sus intenciones es,obviamente, en la confesión que lanza al mar dentro de una botella de vidrio. Es aquí donde nos cuenta que toda su vida se ha visto contrastado su sádico deseo de matar, que le causa una gran satisfacción, con su gran sentido de la justicia. Que con el pasar del tiempo siendo un juez justo e imparcial, comenzó a replantearse a sí mismo: “Desde hace algunos años he comprobado en mí un cambio; deseabaactuar más que jugar... Quería cometer yo mismo un crimen. Deseo comparable, quizás, al esfuerzo de un artista por exteriorizarse”. (Christie 102) Luego de que le entregaran la noticia sobre su enfermedad inoperable, comienza una meticulosa búsqueda de sus víctimas y prepara el orden de las muertes de cada uno. Con un desplante impecable se mezcla entre sus invitados haciéndose pasarinsospechadamente como una víctima más de “Mister Owen”. Tanto la policía que investiga el caso como nosotros los lectores, no tenemos ningún indicio del asesino y el caso quedaba sin solución final si no hubiera sido por la carta encontrada en el mar.

¿Por qué la carta? Si lo pensamos, el juez tenía como fin un caso misterioso y sin solución, pero su confesión nos aclara todo el asunto (lo que es un realalivio, no se podría concebir la idea de no saber el final). No puede ser más clara la explicación del mismo Wargrave a esta interrogante:
“Ha terminado mi misión, voy a introducir estas páginas en una botella y confiarla al mar. ¿Por qué? Ambicionaba cometer un crimen misterioso que dejase al autor en el anónimo. Pero todos los artistas tienen sed de gloria. También yo siento esa necesidad de dara conocer a mis semejantes mi astucia y mi ingenio haciendo esta confesión.” (Christie 106)
Nos queda clara la intención de Wargrave y por qué no, nos ayuda a argumentar a favor del criminal artista, no solo por la confesión del asesino autoproclamándose artista, si no por el efecto que provoca en nosotros: lo llamamos genio criminal, no podemos negar su intelecto superior y dejamos de lado la...