La Ciudad

Algunas reflexiones sobre ciudad, espacio público y ciudadanía, pp. 41 -65
Resumen
En este ensayo monográfico se intentará explicar cómo las ciudades en que vivimos son un espejo de la sociedad que tenemos. Nos apoyamos para ello en la visión de urbanistas y gestores locales con experiencia de intervenciones en la materia.
A su vez, trataremos de fundamentar como el espacio público es hoy elespacio para la materialización del conflicto en sociedades duales y fragmentadas; y como de su adecuado tratamiento pueden emerger buenos ejemplos de integración y convivencia, o por el contrario, si en él priman las lógicas del interés privado o la falta de planificación territorial, podremos vivir en nuestras ciudades el regreso del tribalismo y la indefensión de los grupos más vulnerables.Finalmente, se planteará un interrogante acerca de la posibilidad de discutir políticas de inclusión social constructoras de ciudadanía, no ya diseñadas y ejecutadas desde las instancias superiores el Estado – Nación, sino pensadas y articuladas entre el gobierno y la sociedad civil atadas a marcos de proximidad física.
1. Introducción
Asistimos desde hace un par de décadas a un fabuloso proceso dereconfiguración funcional del territorio a escala planetaria. Las distancias se acortan, las fronteras se difuminan y las viejas nociones de tiempo y espacio ya no se distinguen nítidamente como en el pasado reciente.
Un mundo globalizado emerge como realidad consolidada de la mano de un inédito desarrollo científico y tecnológico, particularmente asentado en el trípode compuesto por lainformática, los medios de transporte modernos y las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación.
Esta globalización ha puesto definitivamente en crisis al modelo de relaciones internacionales acuñado tras la Paz de Westfalia (1648) y rediseñado en las postguerras con el nacimiento de los organismos multilaterales. Dicho modelo se basaba en el protagonismo estelar del Estado- Nación comofigura central y a partir del cual se articulaban las redes de relaciones internacionales, que eran relaciones entre Estados. La crisis del modelo precisamente radica en que el Estado - Nación parece haberse convertido en una categoría política insuficiente, tanto por exceso como por defecto.
Decimos que el Estado - Nación se ha vuelto insuficiente por defecto, ya que ha quedado pequeño para darrespuestas a un mundo que se articula a partir de grandes bloques regionales emergentes. Los países, por una cuestión de mutuos beneficios, tienden a participar en acuerdos regionales con sus vecinos. Algunos de estos compromisos afectan de manera unidimensional el comercio y las relaciones económicas, mientras que otros procesos apuntan también a una integración política e institucional plena, siendola Unión Europea el ejemplo más acabado de dicha tendencia.
Los motivos que empujan a los Estados a integrarse son múltiples y de los más variados, pero fundamentalmente se justifican en un problema de escalas. La unión de actores con intereses regionales comunes permite mejores términos de intercambio comercial (internamente del bloque), aranceles externos comunes (para países fuera delbloque), políticas estratégicas y emprendimientos comunes de envergadura (infraestructura, ciencia y técnica, etc), mayor poder de fuego en las negociaciones frente a organismos multilaterales defendiendo intereses comunes, etc. La moneda de cambio es que los Estados Nacionales ceden jurisdicción y competencias (soberanía política e incluso instrumental) para formar parte de estos procesos.
Desde laotra perspectiva, decimos que el Estado - Nación se ha vuelto una categoría política insuficiente por exceso. La crisis de sostenibilidad del Estado de Bienestar en la mayoría de los países devino también en una despiadada crítica de la derecha acerca de la ineficacia estructural del modelo. Dicha crítica pudo parecer exagerada, en perspectiva, pero en su momento tuvo un fuerte impacto en el...