La educación: el arte de un escultor sensible

LA EDUCACIÓN: EL ARTE DE UN ESCULTOR SENSIBLE

Es muy sencillo decir que somos formadores, pero en realidad no siempre es fácil demostrarlo. Nuestras apreciaciones, relaciones, actitudes y estímulos constituyen un reto continuo de mejoramiento tanto a nivel profesional como humano.

Establecido ya desde la teoría que al emplear la expresión “recurso humano” nos quedamos cortos y concebimos alos hombres y mujeres más como una herramienta o instrumento que como seres llenos de capacidad y creatividad, aptos para aportar, producir y transformar su ambiente, sería un desatino no emplear en lo sucesivo la expresión “talento humano” para referirnos a los individuos que conforman un grupo social. Al leer un artículo enfocado desde el punto de vista empresarial en el cual el producto sepuede recibir en bienes de consumo o servicios y trasladarlo al campo de la educación, cada parte de la teoría cobra un sentido inmensamente grandioso por decir lo menos.

En nuestras instituciones el producto final, si así se le puede llamar sin que suene deshumanizante, son los individuos que enviamos a enfrentar una sociedad llena de cualidades, carencias y oportunidades. Comparable esto ensentido figurado a una escultura que llega en forma de piedra a manos del artista deseando que le sea descubierta su belleza. Cuántas veces tenemos delante un gran talento humano que no se descubre a causa de nosotros mismos, los formadores. En innumerables ocasiones las metas parten de teorías copiadas, o de libros de texto que ya intentaron hacer el trabajo por nosotros, y al no saber quéqueremos de los estudiantes, tenemos tres opciones erráticas: esperar demasiado, no saber qué esperar o no esperar nada. El resultado, muchachos frustrados, desorientados u ociosos.

Pero no todo tiene un panorama ensombrecedor. En este punto álgido en el que nos percatamos de que algo no anda bien en la educación (en sentido general, por supuesto, sin detallar las excepciones), vale la pena quereorganicemos nuestras ideas y replanteemos nuestra posición con respecto al ser y al quehacer. Se hace vital entonces, que comencemos por el análisis de puesto tanto del directivo docente y del docente como del estudiante. Que determinemos cuáles son las características indispensables que describen una persona que debe ejercer el cargo que tenemos. Es en este aspecto que cobra sentido laevaluación de desempeño, aunque muy probablemente esta apreciación haga menos popular el presente ensayo para algunos. No obstante y para aclarar, toda evaluación debe ser entendida como una mirada al espejo. Antes de mirarnos, tenemos en mente una imagen deseada, y en el momento de reflejarnos el proceso del “arreglo”, se da por efecto de la comparación entre la imagen mental y la mostrada, paralograr que la segunda se ajuste a la primera. Esta es en esencia la búsqueda de coherencia de la evaluación, que en nosotros los formadores debería ser diaria y personal, como en efecto lo es en algunos casos.

En ocasiones elevamos tanto los perfiles que sólo podrían ser alcanzados por máquinas y en otras los reducimos tanto, que cualquier persona, sin ningún esfuerzo y de cualquier manera podríaalcanzarlos. Posiciones peligrosas ambas para el planteamiento de objetivos y el mejoramiento de la calidad. La primera, porque al plantearse lo inalcanzable, se corre el riesgo de sentir una derrota previa que invita a no intentar aproximarse, o de autoengañarnos pensando que “parecido es sinónimo de igual” y que ya obtuvimos el perfil sin que eso sea cierto. La segunda por el contrario,nos incita a no desear nada y a tener por bienvenido lo que venga, ya que “peor es nada”. Un análisis de puesto debe surgir de un deseo real y una conciencia genuina de la excelencia en la labor pedagógica, involucrando todos los aspectos del ser humano, no sólo del empleado – máquina, o del estudiante – grabadora.

He tenido de cerca experiencias significativas que hacen vislumbrar un...