La filosofia de dewey
La democracia, hoy por hoy, está sujeta a muchas dudas de distinto sino. Algunas, de ánimos totalitarios, están cargadas de escepticismos que ocultan sus creencias. Otras, que podemos denominar dudas empáticas, aceptan los valores comprensivos de la democracia. Al interior de estas últimas quizá se pueda diferenciar entre dudasconformistas ("es el sistema menos malo que tenemos") o dudas activas, más interesadas en descubrir cómo se expresan e interrelacionan en realidades concretas dichos valores comprensivos. También, cómo podrían ampliarse en su significación teórica y práctica. En Dewey sus dudas son, con respecto a la democracia, empáticas y activas. Mi interés por centrar este ensayo en la educación como proceso vitaly habitual radica, precisamente, en que Dewey duda de cómo se realiza dicho proceso. Pero su ánimo dubitativo es, esencialmente, el mismo con el que afronta a la democracia como forma de vida y como moral. Lo habitual es sospechoso para él porque, expresado comúnmente a través de hábitos y procedimientos, puede anular la indagación, el descubrimiento y la innovación. Este sentido de lo habituales especificado por Octavi Fullat de la siguiente manera:
Habitualmente los hombres existimos desde la seguridad y la certidumbre tanto al pensar como actuar. Esta confianza en nuestros pensamientos y en nuestros actos nos facilita la faena de vivir. Ahora bien; tal seguridad tiene mucho de animal por lo que encierra de parálisis y de entumecimiento. El progreso y el salto nacen de la duda, de laperplejidad y del apuro. Por esta razón, siempre será preferible el trabajo educativo a través del dubio y de la incertidumbre que el llevado a cabo valiéndose del dogma y del convencimiento.[pic]
Dewey, como veremos, no desdeña el conocimiento como elemento necesario en un proceso educativo, lo que en lenguaje técnico se denominan "contenidos"; pero éste no tiene carácter suficiente. Importan,de manera crucial, los hábitos y actitudes a través de los cuales se realiza dicho proceso. Si se promueven hábitos de indagación, de crítica, de reflexión, de argumentación fundada, entonces los conocimientos coadyuvarán a imaginar los posibles reales de esos valores comprensivos de la democracia. En esa perspectiva, los principios obvios o axiomas de la moral democrática demandan interrogarnossobre sus formas de expresión y sus posibilidades de ser en diversos ámbitos socio-institucionales. Indagar en lo habitual es, por ello, un sugerente y vasto campo para la investigación educativa.
En una temprana obra de su dilatada producción, Mi credo pedagógico (1897), Dewey establece que la educación es un proceso social y que la escuela, como institución, es una de las formas de vida encomunidad: su proceso es un proceso de vida, más que un proceso para la vida adulta futura. [pic]En la difusión de su teoría, especialmente en los ámbitos pedagógicos, este señalamiento ha pasado a ser una afirmación tópica. Sin embargo, interesa destacar aquí el carácter vital que asigna al proceso educativo y que ese carácter se expresa tanto en términos sociales como individuales, dentro de su teoríade y para la democracia.
La educación es un proceso vital para la sociedad porque a través de ella se transmiten los "hábitos de hacer, pensar y sentir de los más viejos a los más jóvenes. Sin esta comunicación de ideales, esperanzas, normas y opiniones de aquellos miembros de la sociedad que desaparecen de la vidgrupo a los que llegan a él, la vida social no podría sobrevivir. Es a partir de...
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