La Iglesia como pueblo mesiánico

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Santo Domingo, RD
etays@outlook.com
La Iglesia: Pueblo Mesiánico
Por
Eduardo Najarro, SJ
1-
+ La razón de la creación del hombre
Dios nos ha creado para establecer con nosotros una relación de comunión personal. No existe ninguna otra razón para la creación del hombre. Este es el Plan soñado por Dios desde toda la eternidad.
+ Los presupuestos del plande Dios
Las relaciones de comunión exigen dos presupuestos: que las tales relaciones se den entre seres personales libres y capaces de amor. Además, de alguna manera, tiene que haber en el hombre una apertura a Dios, una posibilidad de comunicación entre aquellos que se relacionan, Dios y el hombre. El hombre ha de estar en potencia de establecer la relación con Dios, aunque la comunión mismasolo pueda recibirla como don, como gracia1.
La creación del ser humano a imagen y semejanza de Dios cumple con estos presupuestos, por eso es posible la realización de la comunión interpersonal entre Dios y el hombre, en la libertad, el amor y por gracia2.
2- En vez de comunión, división.
Mas este plan fracasó por el pecado del hombre. La comunión se cambió en división: el hombre, el desdeantaño amigo de Dios, comienza a experimentar el miedo ante Él: se esconde, se cubre3.
Con el pecado comienza las historias de la división entre los hombres: Caín contra Abel, agricultores versus pastores, división de los hombres que se separan de Dios. Aquello que debía servir como medio indispensable de comunión, el binomio libertad-amor, se vuelve ahora también condición de posibilidad delpecado, de la escisión entre los hombres: individuo versus individuo, tribu versus tribu, pueblo versus pueblo.
Se levantan muros cada vez más insuperables hasta que en Babel la división alcanza la comunicación verbal: se confunden las lenguas como resultado de la creciente soberbia del hombre que no quiere la comunión con Dios sino tomarlo por asalto subiendo hasta donde Él está. Y con lacomunicación verbal acaba la mutua comprensión –hasta para realizar mancomunadamente el mal simbolizado en la torre que se intenta levantar-.
Pero en el mismo escenario de la ruptura de la comunión originaria, se vislumbra, se promete la reconciliación, a largo plazo, un proceso de dimensiones históricas: la historia de la salvación del hombre, salvación del pecado que divide, que aleja, que mata4.3- Condiciones de posibilidad de la relación de comunión con el hombre
Abrán, un hombre elegido para la primera etapa del proceso de destrucción de muros de división. A la elección se sucede la promesa, el cambio significativo de nombre, de Abrán a Abraham, “padre de pueblos”.
De la relación con un hombre, “el Dios de Abrahán”, al Dios de sus sucesores, el Dios no solo ya de Abrahán, sino “deIsaac y de Jacob”. Y de allí pasa a ser el Dios de la familia de Jacob que se asienta en Egipto. En aquel país por casi 450 años la familia de Jacob pasa a ser pueblo, sobre todo a la hora de la próxima partida cuando otras “familias” se les unen. El pueblo que tenía como Dios al Dios de Abraham, Isaac y Jacob, comienza a “internacionalizarse” cuando en busca de la liberación huyen en masa deEgipto.
Ve allí Dios su opresión y los salva por la mano de Moisés. En el desierto hace pacto con aquella familia de Jacob que ya se ha hecho Pueblo. En el Horeb Dios adquiere un pueblo de su propiedad, y el Pueblo un Dios sólo para él. Pero como siempre se pone en juego el binomio libertad-amor sin el cual no se puede dar la comunión deseada por Dios: hay que hacer pacto. Verdad que el pactoes frágil por parte del Pueblo… y al binomio libertad-amor habrá que añadir la “cláusula del perdón”. Una y otra vez la libertad-amor del hombre, dañados por el pecado, ha de ser restablecida por el perdón de Dios para que el proyecto inicial de comunión pueda continuar en aquella realización solo parcial que la marca del pecado del hombre permitía, -y no más que eso-.
Después de los Jueces,...