La muerte un amanecer
poco los conocimientos, que la doctora Ross pone al alcance de todos los que quieran escu¬charla, eran un saber«oculto» accesible sólo a través de la fe a los creyentes o a los estudiosos de los textos sagrados tibetanos o la más compleja literatura esotérica occidental.El amor y la dedicación de esta mujer excep-cional permite que hoy muchos médicos, enfer-meras y personas en el mundo estén científicamente preparadas paraentender, acompañar y ayudar realmente a cualquier ser humano en los difíciles momentos que anteceden su muerte así como para comprender y consolar efectivamentea las personas que sufren la pérdida de seres que-ridos. Evidentemente, en ese científicamente está involucrado lo mejor del espíritu humano: su capacidad deamar. Con una actitud rigurosa y va-liente Kübler-Ross ha investigado en el dolor y la conclusión a sus muchos anos de desvelos al lado de sus pacientes
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