La Naturaleza Ontológica de la deificación en Scheeben


La Naturaleza Ontológica de la deificación en Scheeben

La propuesta de Staudenmaier goza de una Fuerte unidad, pues las acciones del hombre se encuentran orientadas hacia la deificación. Destacando el carácter relativo de la unión y apelando a la naturaleza religioso-ético de la deificación, se evita además el riesgo de confundir los órdenes creado e increado. Pero deja pendiente cómoexplicar un modo de obrar humano que tienen capacidad de asemejar con Dios. Tiene el riesgo de pensar que la divinización se encuentra en el orden natural.
A Scheeben, le resultaba incomprensible un progreso en la semejanza divina por las operaciones del hombre sin una nueva naturaleza, elevada, que dé razón de esa capacidad.
Pseudo Dionisio explicaba la theosis desde el orden del ser: si se daun obrar capaz de unir con Dios es porque previamente se ha dado una deificación del ser.
La divinización no es solo un acabamiento completo de operaciones y actividades del hombre, sino que goza de una categoría más alta, una dignidad superior, que es la nueva naturaleza deífica de donde derivan esas perfecciones sobrenaturales.
La elevación del hombre comporta una verdadera participación en lanaturaleza divina. Por la gracia, se transforman completamente las condiciones del hombre, como si se tratase en realidad de una segunda naturaleza. Ambas naturaleza son totalmente distintas. La naturaleza que proviene de la obra divina de la recreación es un absoluto frente a las propiedades finitas y limitadas de la naturaleza que ha sido entregadas al hombre en la creación.
Para Scheebendeificar, significa sacar al hombre de la posición en la cual había sido creado y pasar a un nuevo estado donde es recreado, en el sentido que se le otorga una naturaleza completamente nueva de la inicial; por dicha naturaleza el hombre es elevado a, a participar de la naturaleza divina.
Entre creación y elevación no hay oposición sino ordenamiento en función de un único fin sobrenatural; larelación entre la naturaleza y deificación está determinada por la necesidad de “reconducir toda la unidad del acto creativo de Dios y de la causalidad final de esta glorificación final”.
La deificación implica un progreso en la relación íntima en las tres personas divinas. Sin ella no sería comprensible el sentido cristiano de la transfiguración de todo al final de los tiempos.


El resello delEspíritu

La razón formal de la dedicación no puede ser, explica Lessio, una forma infusa de la gracia, como pensaba la escolástica contemporánea, porque se haría depender de ella al espíritu divino: Sólo aquello que hayan recibido al Espíritu Santo puede decir que posee una naturaleza tan perfecta como la del Padre Celestial”.
La gracia por su misma naturaleza no puede hacer verdaderos hijos deDios. La participación en la naturaleza divina exige entrar en el mismo plano de la naturaleza divina y eso no es posible para una creatura; corresponde al Espíritu divino.
Según Petavio, la inhabitación de Dios en el alma presupone la intervención del Paráclito según un modo substancial. El Espíritu sella el alma, informa en un cierto sentido el ser del hombre, en cuanto gracia a Él el alma escapaz de actuar sobrenaturalmente. Además, el Espíritu desempeña en la inhabitación trinitaria un papel especial, pues, según Petavio, la inhabitación del Padre y del Hijo tiene lugar a través del Espíritu.

Ahora si se habla de santificación, de la renovación del hombre, ha de ser siempre sin separarlo de la presencia del Espíritu Santo. La escuela de Tubinga remite con decisión al EspírituSanto, pues debe considerarse la fuente y el principio formal de lo sobrenatural en el hombre. Newman aun admirando la contribución de Petavio, no comparte completamente sus ideas sobre la gracia, pues creer que en ella se ha distorsionado la verdadera enseñanza de los padres como consecuencia del influjo escolástico. La filiación divina acontece formalmente por la inhabitación del Espíritu....