La realidad del infierno

y delante de nuestro prójimo.
I. Tengo que sentir la realidad de que la ira de Dios estaba sobre nosotros (Jn. 3:36)
Su ira era sobre nosotros, El rostro del SEÑOR está contra los quehacen mal
para cortar de la tierra su memoria. (Sal. 34:16), él nos aborrecía por nuestros pecados, Los arrogantes no se presentarán ante tus ojos; aborreces a los que obran iniquidad.(Sal. 5:5) Cuando sentimos la realidad de que la ira de Dios estaba sobre nosotros, valoramos más el amor que ahora nos tiene, caminando en obediencia. Aprendo a amar mas a mi prójimo, porqueun día Dios aborreció nuestro pecado y aun así Cristo murió por nosotros.
Conclusión:
Si no creemos estas verdades horribles, el amor de Dios en Cristo será minimizado, la redención seriasolo un acto cualquiera que puede hacer otra persona, mi vida nueva en Cristo sería una más y no una llena del Espíritu Santo, la maravilla de que a mí un hijo del infierno, todas lascosas me sean dadas por heredad, no me dejará sorprendido con humildad temblorosa y gratitud sencilla. La cuestión de la salvación puede parecer aburrida y mi entrada al paraíso cosa común ycorriente.
Pero si siento la realidad de lo que yo era, un pecador, hijo del diablo, generación de víboras, enemigo de Dios y que estaba al borde del infierno. Que de no ser por la graciadivina de Dios, no estaría donde estoy ni seria lo que soy; si todo esto lo recuerdo y lo creo en mi corazón, ¡que contrición, que humildad, que mansedumbre tendrán lugar en mi corazón! ¿Aquién puedo devolverle mal por mal mientras el Gran médico me saca del crematorio del universo y me lleva a su sala de cuidados intensivos para darme vida? ¿Dónde está el peor pecador sobrequien pudiera sentir un milímetro de superioridad? ¿Sobre quién no tendría misericordia? ¿A quién no le daría amor? ¿A quién no perdonaría? ¿Por quién no negaría de comer ni de vestirme?