La Religión Como Consuelo

La religión como consuelo

La necesidad de calmar la angustia existencial parece ser uno de los más poderosos impulsores de la creencia religiosa. Críticos de la religión como Karl Marx larebajaron al nivel de un estupefaciente espiritual con el que los pobres se evadían de su dura realidad. Aunque defiendo la agudeza esencial de tal observación, creo que esta valoración merece algunasmatizaciones. Sin duda la religión ha desempeñado históricamente un papel como argamasa social, que en muchas ocasiones ha servido para mantener la cohesión en una sociedad tensionada por grandes conflictosde intereses. Pero cabe cuestionarse su eficacia como medicina para el alma individual.

Muchos creyentes, particularmente los adeptos de las religiones monoteístas, creen en que hay vida más alláde la muerte física. Para muchos de ellos, las postrimerías prometen una vida mejor que la presente, al menos si se ha sido merecedor de la recompensa que promete un buen número de religiones porcumplir sus mandamientos. Una vida dichosa, sin padecimientos de ningún tipo. Para quienes llevan una vida infeliz, ya sea por las carencias de la pobreza, por las limitaciones de la enfermedad, de unagrave discapacidad o por cualquier otra circunstancia adversa, la promesa del paraíso ultraterreno tendría que ser un consuelo efectivo. ¿Qué importancia tienen unos años, incluso unas décadas, de vidainsatisfactoria, hasta desgraciada, comparados con la eterna plenitud y dicha que les aguarda?

Solo lo anticipación de lo bueno que está por venir debería, si no llenarles de dicha, sí al menossuprimir la angustia ante la perspectiva de la muerte. Sin embargo, a lo largo de mi vida no he conocido a personas a las que no les importe morir mientras les pareciera que todavía tenían alicientespara seguir en ella. Es más, veo que las personas más firmemente creyentes tienen el mismo miedo, la misma tristeza, que las demás. Nadie muestra impaciencia por pasar a esa vida mejor en la que dicen...