la vida
La vida es un portento pese al sufrimiento inevitable que rodea la existencia. Feliz el árbol que es apenas sensitivo y más la roca dura porque ella ya no siente, canta desde el dolor y la esperanza, Rubén Darío. No obstante a la cibernética y la virtualidad, ella es inimitable en su esencia. El robot más inteligente, nosupera en eficiencia y exactitud la complejidad vital de una vulgar mosca o de una infeliz cucaracha. El mero hecho de su existencia supera ya cualquier comparación.
Todos aspiramos desde el fondo de nosotros mismos, tener una idea cabal de la vida a pesar no poder comprenderla en sus fines. ¿Por qué no vamos a conocerla si en verdad hemos convivido con ella antes de tener la menor idea de suexistencia? Y esa es, precisamente, la primera gran comprobación. Su existencia no depende de nosotros, nos precede, somos su producto y el esfuerzo que hacemos por asumirla, tampoco nos pertenece en gran parte.
El impulso por vivirla está programado en nuestra estructura molecular, en el ADN, en el instinto reproductor, el deseo sexual y en la necesidad de ser aceptados socialmente como verdaderasentidades. Pensantes o no, en todos nosotros existe el deseo de vivir, es decir, el deseo de no ser dañados, destruidos y el de procurar nuestra "felicidad". Sólo podemos contemplar al universo a través de nosotros.. Esa sensación primaria, elemental, básica de la vida, es el origen del complejo yo de la separación, del surgimiento del ego, la individuación y al mismo tiempo, de la fragmentación ysalida del paraíso; es el inicio de la percepción dualista de la existencia, con el surgimiento de un sujeto que observa y un objeto que es observado.
El apego a la vida, por supuesto, no puede verse en ningún caso como error, al contrario, ese impulso de conservación es natural y una tendencia determinante en el desarrollo integral de los seres humanos. Eric Fromm, el máximo representante dela llamada Escuela Americana del Psicoanálisis, denomina "biofília" al carácter positivo que esa tendencia logra constituir el tipo más sano de personalidad, en contraposición con el más perverso, que designa como "necrofilia".
El amor a la vida o a la muerte, marcan no sólo el carácter de un individuo, sino también las tendencias básicas que constituyen a una sociedad determinada. En gran partede las sociedades contemporáneas, la tendencia necrofílica está presente. El deterioro del medio ambiente, cuyo primer efecto es el cambio del clima mundial, es una evidencia irrebatible.
La industria de la guerra, el chovinismo, el burocratismo, el neoliberalismo economicista, el consumismo, la drogadicción masiva, el carácter narcisista hedonista de las sociedades capitalistas avanzadas, elresurgimiento cada cierto tiempo de los regímenes militaristas, el racismo, la exclusión social, las democracias representativas - democracias de derecho pero no de hecho -, son otras de las ya infinitas expresiones a la propensión autodestructiva de las sociedades de la necrofilia, cuya razón de ser se sustenta con firmeza en el egoísmo y el temor.
En aquella ya vieja discusión de si lacondición humana es mala o buena, egoísta o generosa per se, pudiéramos quizás encontrar la clave para dar paso a un planteamiento diferente del asunto. Reconocer que el complejo proceso de individuación que separa al "humano" de la naturaleza, es el inicio de la cultura, permite por otra parte, creo, deslastrarnos de consideraciones catequistas con ese hecho. ¿Por qué se produjo esa separación?...
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