la vida

 CAPÍTULO I
Era muy niño cuando lo internaron en un colegio de Bogotá. Apenas logro dormir la noche anterior a la mañana siguiente los besos de sus padres y de sus hermanas lo despidieron, maría esperaba paciente su turno para despedirse.
CAPITULO II
Seis años más tarde en un esplendoroso agosto regreso a la tierra que lo vio nacer sus ojos contemplaban las grandes planicies alfombradas deverde y el perfume de la naturaleza lo hacían evocar los pomposos vestidos de maría y al ponerse el sol ya había regresado al que fuera su hogar allí lo esperaban sus padre y sus hermanas en compañía de maría.
CAPITULO III
Sentado entre sus padres y las mujeres de la casa probaban las colaciones. María ocultaba sus ojos pero aun así el admiraba su hermosurallevaba su abundante cabellera arreglada en trenzas vestía un traje de muselina azul pálido. Fue conducido por sus hermanas y María a la aviación que le tenían dispuesta estaba adornada con bellísimas flores.
CAPITULO IV
Al despertar oyó la voz de María y luego la diviso en el jardín a través de la ventana a acompañada de Ema en el jardín.
Después del almuerzo fue al cuarto de costura de su madreallí estaba Ema y María ansiosas y le preguntaban mil cosas de Bogotá, como eran las mujeres sus costumbres sus vestidos y allí acordaron que les daría clase de gramática y geografía.
CAPITULO V
Tres días más tarde fue con su padre a visitar las haciendas mis hermanas me dijeron que no me demorara.
Las pertenencias de mi padre habían mejorado mucho una costosa fábrica de azúcar, muchas fanegasde caña, dehesas con mucho ganado vacuno y caballar buenos cebaderos y uno hermoso edificio-habitación.
Los esclavos bien vestidos eran sumisos y cariñosos con su amo. En una tarde fuimos a la fábrica mi padre saludaba a un joven negro hola bruno le dijo.
Bruno se casaba ese fin de semana con remejía asistimos a su boda mi padre estuvo muy contento que hasta bailo con remejía.
Papa quedo muysatisfecho pero cuando le dije que deseaba colaborar junto a él en la explotación de la hacienda me respondió: lo siento hijo mío pero no voy a sacrificar tu porvenir porque te hice la promesa de enviarte a estudiar a Europa a estudiar medicina, aquella noticia me lleno de saso ciego cuan feliz hubiera sido si yo hubiera vuelto junto a María y si el anunciado viaje no se hubiera interpuesto entreella y mis esperanzas.
CAPITULO VI
La visita de la hacienda demoro cuatro jornadas al regreso encontró a María colocando una lámpara en la mesa del salón la note pálida y como una leve sombra alrededor de sus ojos conservaba en sus trenzas el clavel que le regale y la crucecita de corral atada en su cuello permanecía silenciosa debí parecerle entristecido y me pregunto te ha hecho daño el caminoen absoluto conteste y me retire a la habitación empecé a llorar de tristeza al saber que debía volverme a separar de María.
CAPITULO VII
Mi tío y mi padre vinieron a Suramérica, mi padre se enamoró de una hija de un español capitán de navío y la madre de la muchacha le exigió a mi padre que debía renunciar al culto judaico.
Cuando mi padre llego de regreso contaba yo con siete años no meinteresaba mucho los juguetes que el traía si no que fije mi atención en esa linda criatura tan dulce y sonriente, pocos podían sospechar que María no era hija de mis padres.
CAPITULO VIII
A la hora de la cena María no estaba Ema la disculpo diciendo que padecía un dolor de cabeza pero sospeche que su malestar era porque no me sincere con ella al regreso de la hacienda.
CAPITULO IX
Al día siguientetrate de distraerme hiyendome de caza con mi fiel amigo mayo pero los bosque silenciosos las flores las aves las aguas solo traían a mi mente el recuerdo de María regrese a casa y me dirigí al costurero de mi madre allí estaba María y miro el ramo de azucenas que traía en la mano entonces tome una azucena y la puse sobre cabellos.

CAPITULO X
Durante la comida me mostré jovial hablando con...