Las Trampas del deseo

LA NECESIDAD NO ES NUESTRA
De manera interesante en el libro “las trampas del deseo” se demuestra mediante una serie de experimentos lo irracionales que podemos llegar a ser los seres humanos al momento de tomar una decisión, especialmente cuando se trata de realizar una compra siguiendo el camino que nos trazan las estrategias de marketing de las empresas, las cuales para cumplir sus metas,constantemente se las ingenian para convencernos de la necesidad de adquirir sus productos y servicios a tal punto de dejarnos sin capacidad racional para tomarnos un momento y pensar en lo que realmente queremos o necesitamos.
La economía estándar busca por sus métodos netamente numéricos encontrar cifras, para lo cual calculan a los seres humanos como una estadística más; sin embargo lo quedemuestra Dan Ariely en su libro y por medio de sus investigaciones, es que la economía sería diferente si se tomara como referencia la conducta racional de la que somos dotados por naturaleza.
Hablando de naturaleza, reconozco que mientras leía el libro me dejé contagiar por todos los experimentos realizados por el autor, incluso esbozando muchas sonrisas al sentirme identificado con susdescripciones; precisamente mientras leía, se presentó mi oportunidad para comprobar el contenido del capítulo que me encontraba leyendo en ese momento. Eran las 10:00 p.m. de un día domingo y mi hijo de siete años debía dormirse temprano para levantarse a las 5.30 a.m., por algún motivo el niño no lograba conciliar el sueño y después de intentar dormirlo con cuentos, canciones, oraciones, terapias derespiración y otras artimañas, el pequeño no mostraba señal alguna de dormir. Me encontraba leyendo el capítulo 10 del libro “El poder del precio”, y decidí poner a prueba lo que el autor afirma en sus experimentos, aunque con una incertidumbre: ¿Sería la respuesta de mi experimento alterada por la edad mental del niño? es decir, si por naturaleza somos irracionales, ó, si la causa de nuestrairracionalidad es la cantidad de información y conocimiento que se va acumulando a lo largo de nuestras vidas y que va creando un tipo de “experiencia”, dándonos el poder para tomar una decisión. Resalto esta situación porque me disponía a probar en un niño de siete años que no ha adquirido mayor experiencia y que su cerebro se encuentra en un nivel de contaminación inferior sobre lo mundano t el marketing.Entonces, ¿funcionaría en él ejecutar un efecto placebo para lograr hacer que se durmiera?, mi jugada fue, buscar en el stand de medicamentos alguno que pudiera suministrarle para su edad y encontré un jarabe a base de totumo, saúco, miel y eucalipto, era un antitusivo y expectorante, tomé una dosis muy pequeña y se la di a tomar asegurándole que era un medicamento especial para ayudar a laspersonas a dormir y que, si tomaba esa cucharadita iba a dormirse muy pronto, a lo cual accedió con confianza, quedando después de cinco minutos en un profundo sueño. Entonces, ¿funcionó el efecto placebo?, a mi criterio fue todo un éxito, logré cubrir su necesidad con un engaño, incluso al día siguiente el niño afirmó: “papá que remedio tan bueno para dormir”, ante lo cual no me sentí un pocoincómodo, pero satisfecho por mí.
Ahora bien, personalmente considero que no somos irracionales por naturaleza, nos transformamos ante todas las trampas que nos pone el mundo comercial para acceder a su juego, lo que nos vuelve seres influenciables incapaces de tomar nuestras propias decisiones y determinar lo que realmente queremos y necesitamos.
Ante el contenido de cada capítulo, me encontrétotalmente de acuerdo con lo que el autor expresa, y no se trata de que coincidiera con sus ejemplos, sino que también lograba evidenciar por mi propia cuenta las experiencias que él relataba. Cierto día salí con mi esposa a un centro comercial y nos encontramos con un anuncio impreso en un color muy llamativo que decía: -Oferta, disfraz para niño Antes: $199.900 Ahora $99.900- y ahí estaba la...