Lazarillo De Tormes
—¿Que es esto, Lazarillo?
—Infeliz de mí —dije yo—. Yo vengo de traer el vino y no sé nada.Alguien que ha estado ahí seguro ha hecho eso.
—No es posible —dijo él— pues yo he tenido todo el tiempo el asador en la mano.
Yo juré y perjuré que nada sabía del asunto, pero el astuto ciegome cogió por la cabeza y empezó a olerme y debió sentir el olor pues con ambas manos me abrió la boca más de lo normal y metía hasta el fondo su nariz, que la tenía larga y puntiaguda y que con elenojo creo que había crecido un poco. De esa forma, como aún no había digerido bien la golosina y la punta de la nariz del ciego que me tocaba la garganta y el miedo que sentía, la longaniza empezó asubir de regreso y fue devuelta a su dueño. Así, antes que saque su trompa, mientras olía mi engaño, la negra y mal mascada longaniza regresé a la cara del ciego.
Hubiera preferido ya estar sepultadoen ese momento pues fue tal la cólera de mi amo que si no venía gente a ayudarme, creo que me dejaba sin vida. Cuando me sacaron, me había arrancado muchos cabellos, tenía rasguñados la cara y el...
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