libro cazadores de microbios
Paul De Kruif
CAZADORES DE MICROBIOS
EDICIONES NUEVA FÉNIX
Cazadores de microbios
Inscripción N° 135.103
Derechos reservados
Prohibida su reproducción
Composición Y Diagramación
Ediciones Nueva Fénix
Impreso en Santiago deChile
Ediciones Nueva Fénix
INDICE
CAPITULO I
ANTHONY LEEUWENHOEK
(El Primer Cazador De Microbios)................................................ 5
CAPITULO II
LAZZARO SPALLANZANI
(Los Microbios Nacen De Microbios)............................................18
CAPITULO III
LOUIS PASTEUR
(¡Los Microbios Son Una Amenaza!) ...........................................24
CAPITULO IVROBERTO KOCH
(El Paladín Contra La Muerte)....................................................35
CAPITULO V
PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO.................................................49
CAPITULO VI
ROUX Y BERING
(Masacre De Conejillos De Indias)..............................................60
CAPITULO VII
ELIAS METCHNIKOFF
(Los Solícitos Fagocitos)...........................................................69
CAPITULO VIII
THEOBALD SMITH....................................................................80
CAPITULO IX
DAVID BRUCE.........................................................................87
CAPITULO X
ROSS CONTRA GRASSI
(El Paludismo).........................................................................96
CAPITULO XI
WALTER REED
(En Interés De La Ciencia YPor La Humanidad)..........................102
CAPITULO XII
PABLO EHRLICH
(La Bala Mágica)....................................................................112
CAPITULO II
LAZZARO SPALLANZANI
LOS MICROBIOS NACEN DE MICROBIOS
I
«Leeuwenhoek ha muerto. ¡Qué dolor! ¡Es una pérdida irreparable!
¿Quién va a continuar ahora el estudio de los animales microscópicos? Tal era lapregunta que se hacían en Inglaterra los doctos miembros de la Real Sociedad, y en París, Reamur y la brillante academia Francesa. La contestación no se hizo esperar, pues apenas, puede decirse, había cerrado los ojos el tendero de Delft, en 1723, logrando el eterno descanso que tan merecido se tenía, cuando, a mil quinientos kilómetros, en Scandiano, pueblo del norte de Italia, nació en 1729 otrocazador de microbios. Este continuador de la obra de Leeuwenhoek, era Lazzaro Spallanzani, un niño extraño que, aún balbuciente, recitaba versos al mismo tiempo que hacía tortas de barro, que olvidó estos pasatiempos para realizar experimentos crueles e infantiles con escarabajos, sabandijas, moscas y gusanos, y que, en lugar de acosar a preguntas a sus padres, examinaba atentamente los seresvivos de la Naturaleza, les arrancaba patas y alas y trataba después de volverlas a colocar en su primitivo sitio. Quería saber cómo funcionaban las cosas, sin que le importase tanto como eran éstas en sí.
El joven Spallanzani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la Naturaleza, como lo estuvo Leeuwenhoek, si bien eligió un camino totalmente diferente para llegar a ser hombre de ciencia. «Mipadre insiste en que estudie leyes, ¿no es eso?», reflexionó e hizo como que le interesaban los documentos legales, pero en los momentos que tenía libre se dedicó a estudiar matemáticas, griego, francés y lógica, y durante las vacaciones observaba las fuentes, el deslizarse de las piedras sobre el agua y soñaba con llegar a comprender algún día los fuegos artificiales de los volcanes.
Ahurtadillas, hizo una visita a Vallisnieri, el célebre hombre de ciencia, a quien dio cuenta de todos sus conocimientos.
—Pero, chico, si tú has nacido para ser un científico —exclamó Vallisnieri—. Estás perdiendo el tiempo lastimosamente estudiando leyes.
—Ah, maestro; pero es que mi padre se empeña.
Vallisnieri, indignado, fue a ver al padre de Spallanzani, reconviniéndole por hacer caso omiso del...
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