Libro
Estos animales representaban para los griegos el desprecio absolutodel nomós, la total indiferencia a cualesquiera valores sociales o relacionales. Desde la Ilíada, llamar a alguien “perro” o decirle que tenía “mirada de perro”era proferir un insulto gravísimo que evocaba el egoísmo y la desconsideración de la comunidad. Cuando Aquiles insulta a Agamenón por su conducta egocéntrica, leacusa de tener “cara de perro” y, a continuación, de ser demobóros basiléus, un rey que devora a su pueblo. Cuando Helena quiere insultarse por haber causadodesdichas sin cuento a otros, se llama a sí misma “perra”. En consecuencia, cuando oímos acerca de la transformación de una mujer en perra, no hemos de imaginar unabestialidad de perfiles indefinidos. Debemos pensar en la total desconsideración de la comunidad y la relación y en la forma específica de animalidad que esto supone.”
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