Libro

Las tardes en Somoto transcurren entre los saludos a quienes pasan sobre las aceras de las casas y las conversaciones eternas entre amistades y familiares, el suave mover de las hojas de los arbolesde la iglesia frente a la casa de mis padres siempre fue una de mis vistas favoritas, y eso que a los 17 años lo menos que se logra es concentración con las hormonas revueltas y las curiosidades ensu máxima potencia se vuelve una tarea titanica.
Pero cuando a esa edad se toma la decisión de no ser un joven mas, ese movimiento se vuelve un punto de búsqueda de valentía y así pasó, esa mismatarde mientras escuchaba la torre del reloj dar las cinco y quince minutos de la tarde, la voz de mi mama llamándome me aviso lo que estaba por suceder, tenía la sospecha de que había dejado atrás lasmuñecas ( y aclaro que nunca fueron de mis juguetes preferidos), las correderas con los demás chigüines del barrio para hacer del juego una realidad, estaba embarazada.
Verle la cara hizo sentirme comouna basurita en el ojo, retorcerme el alma hasta sangrar por haber defraudado a mis padres. Eso fue nada en comparación a lo que me esperaba con mi pai; un hombre alto, piel morena, cabello negro comola noche más oscura con una que otra cana asomándose en su cabeza y otras más en su bigote, su mirada tierna a pesar de la seriedad de su rostro, y de muy pocas palabras solo las necesarias en el justomomento, se podría decir que las acciones de mi padre a partir de eso momento determinaron muchos de mis pensamientos. El aceptar frente a ellos mi decisión (para muchos mi mayor error), fue lasituación más angustiante y fuerte que he pasado y eso que he pasado de todo en esta mi vida, pero las lágrimas de mi mama y el silencio de mi papa me tocaron hasta el fondo.

Al ser la mayor de cuatrohermanos, la primogénita, la primer nieta, teniendo sobre mis hombros la expectativa de toda la familia, que he de aclarar no es la más fácil del mundo pero tampoco es la peor (consuelo de tontos,...