Literatura
Me doy cuenta de que vamos hacia la madurez de diferentes maneras.
Unos que se atreven a pintarse el cabello y otros que están a dos minutosde dejar a la mujer con la que han vivido toda la vida.
Mírenme, mírenme (los amonesto sin abrir la boca): ¿Quieren verse solos? Pero ellos ven en mí a un hombre maduro que sale con muchachas yvive solo.
Quisiera que vieran la otra parte (cuando no hay quién te alcance una toalla o te responda con un cariño) que nunca les voy a compartir, aun cuando quiera mostrarles a dónde irán si sedejan abandonar o si abandonan.
Difícil abandonar la prisa.
Vamos corriendo a las canas y, en el caso de las mujeres, al aumento del maquillaje.
Y vamos corriendo porque nosotros no manejamoseste tren: lleva chofer y va solo.
Si por alguna razón te sientas en la cabina y le gritas que se vaya despacio, sabrás que está sordo y mudo.
El chofer del tiempo no se deja impresionar, esimplacable.
No está frente al dilema de dejarse crecer las patillas (aun cuando tenga, las patillas, dos problemas: que no están de moda, y que no compensan las entradas o la caída de cabello en lacoronilla).
Un día brinqué de la cama y me enteré que hay un dolor en algo que no conocía que se llama "espalda".
Nunca pensé en mi propia espalda: sólo atendí otras.
Otra vez revisé mis cuentasal dentista y encontré gastos exorbitantes… y necesarios: quien recuerde un dolor de muelas sabe de qué hablo.
Llegar solo a mi edad tiene muchas complicaciones.
El que tuvo hijos debeatenderlos sin llevarse el premio de estar con ellos permanentemente, y vivir acompañado.
El que no tiene hijos, como yo, imagina de muchas maneras su final.
Esa es su obsesión.
Unos y otros...
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