Lo importante es ser uno mismo.

Es una mañana realmente aburrida, intento concentrarme y prestar atención a la profesora que está hablando al frente, pero no puedo dejar de distraerme mirando por la ventana y observando a las personas pasar, algunas apuradas y hablando por celular, otras distraídas y deambulando. La verdad es que encuentro esto último más divertido, me interesa poco y nada esta materia. Ver a todas esaspersonas fuera, caminando apresuradamente, corriendo para alcanzar un colectivo o simplemente hablando a los gritos por esos tediosos aparatos que los apartan de la realidad, me hace recordar cuánto odio a las personas que están todo el santo día con el celular en la mano. De verdad no las soporto.
Ah, por cierto, me llamo Mei y tengo diecisiete años. Vivo en Monte Grande y soy estudiante del InstitutoGrilli desde hace dos años. No tengo en mente contarles sobre mi antiguo colegio, ya que poco recuerdo y además no tengo demasiadas ganas. La verdad es que me molesta recordar hechos del pasado. Si, suelo ser un poco rara pero tampoco me importa lo que los demás opinen de mí, y menos en el colegio, donde te podes encontrar con cualquier tipo de personas. Desde el primer día que ingresé a estaescuela me costó bastante adaptarme al entorno, más a mis compañeros.
Después de dos años todo cambió, ahora tengo mi propio grupo de amigos, en el que me siento cómoda porque me aceptan tal y como soy. No son prejuiciosos o engreídos, como otros. Eso es lo que más odio en las personas, el prejuicio. Y acá hay varios que lo son, vaya que sí. Las personas prejuiciosas suelen armarse una imagenequivocada de los que las rodean, y eso es un gran error porque aquellas personas con prejuicios e ideas totalmente equivocadas suelen perderse la oportunidad de conocer a maravillosas e increíbles personas con las que podrían formar una amistad. Sin embargo, yo tengo la suerte de ser abierta con los demás y aceptarlos tal y como son. No estoy diciendo que no haya cosas que no me agraden de algunos delos de mi clase pero aún así no es motivo para que yo sea mala o engreída.
Lo que más me motiva a venir al colegio son mis amigos, sí, porque así puedo verlos más seguido y pasar largos ratos con ellos, hablando de temas que nos interesan y compartiendo buenos momentos, en especial en los recreos, cuando todo el grupo se junta. Esos momentos son los que más feliz me hacen, me gusta ver sonreír amis amigos y amigas, y saber o querer o desear que la amistad jamás se termine. A veces me gustaría parar el tiempo y así poder quedarme con diecisiete años, alegre, llena de esperanzas y metas por alcanzar, con un genial grupo de amistad…
La verdad es que no soy el tipo de chica con facilidad para demostrar las cosas, me cuesta a montones por eso le demuestro a una persona que la quiero a travésde los actos, ya sea regalándole cosas o ayudándola porque creo que los buenos actos valen más. Y aunque no se note, o tal vez yo creo que no se nota, siempre me preocupo por mis amigos…
—Hey, Mei, ya tocó el timbre para salir al recreo ¿vamos? —mi amiga Sara me sacó de mis cavilaciones y me sobresalté.
—Ah, claro.
Así que busqué apresurada la billetera dentro de mi mochila y salí del salónjunto con Sara. Por fin el recreo, ya no soportaba más la clase. Todos se arremolinan en las escaleras para salir enseguida al patio, como si nunca en su vida hubiesen tenido quince minutos de descanso después de dos horas.
Distintos grupos se arman, el patio está lleno de estudiantes que hablan en voz muy alta, tanto que puedo oír las conversaciones con tan solo pasar caminando cerca de ellos.Detesto que hablen en voz tan alta, me molesta que cuando estoy hablando con alguien el otro en vez de hablar, grite.

Entramos al kiosco, donde hay un montón de chicos y chicas desesperados por ser los primeros en comprar. Por un instante pierdo de vista a Sara, pero luego la encuentro con que ya está haciendo la fila y me acerco.
—¡Gracias, Sara! Creí que sería aplastada entre tantas personas...