Los profesionales
Esta innecesaria promoción de amenazadoras unanimidades es una siniestra lección de exaltación sectaria. No debemos olvidar que la violencialingüística –escrita y oral- abona la tierra para la indeseable violencia física y, además, propicia el enfrentamiento de ciudadanos. Por el bien de la convivencia social no debemos aceptar esadegradación del debate político. La praxis política debe ser un ejercicio del pensamiento ilustrado no un certamen de escarnios de uno y otros. No debemos aceptar la naturalización del chisme y la bajezacomo técnicas de discusión política. Porque la calidad del diálogo ciudadano que establezcan hoy los protagonistas de la clase política determinará la legitimidad de nuestra vida democrática y elperfil de los futuros gobiernos que próximamente constituiremos con nuestro voto.
Este es un asunto de responsabilidad ética de los líderes políticos. ¿Tienen código deontológico? ¿Alguna vez se hanplanteado su existencia? ¿Se consideran exentos de deberes morales, de urbanidad, de esmero lógico en sus declaraciones, de educación continua y permanente? Los profesionales no deben conducirse conesa permisiva autocomplacencia que, irremediablemente, lesiona –en el caso del PRI- la pertinencia de su programa y la credibilidad ciudadana. Porque del PAN y el PRD es ocioso hablar dada la...
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