Los Putos

LOS PUTOS - Jose Maria Gomez
(…)
Yo le pedí que me violara.
Y en esa tesitura sus palabras adquirieron una impronta diferente. Se convirtieron en una prolongación de su cuerpo. De la misma maneraque el tono acompasado con que me descubriera las verdades del hombre, sus caricias tempranas fueron abriendo en mi aquel territorio que había entrevisto alucinado en muchas tardes antes que ahora, yaquella fortaleza viril que golpeaba mis oídos y había aprendido a apreciar a través del pasillo la sentía de repente encarnada en el enroquecido gemir con que más tarde me urgía a abrir mis piernaspara sostener su cuepo enardecido.
Mi cuerpo como un rio.
Y para que el chico no se ahogara, debí aguantar una vez más sin respirar por que el dolor es insoportable…
Y pude comprender en ese ahogofatal que nada es como es… que hay una ausencia real e incomprensible que no llenaría jamás y, en su lugar, el cuerpo enarbolado del comisario no hacía más que determinar los límites de la desesperanza. Yque el dolor y el grito…
… En ese rio de mi infancia algunos peces saltan y por instantes brillan al contacto de la luz fulgurante del aire y luego se entierran otra vez…
Me había acomodado sobre lamesa y me indico que me agarrara firme de los bordes de la madera gastada y apoyara mi mejilla derecha sobre el plano, ayudándome el mismo con su mano enorme sobre mi cabeza.
En un momento determinadoatine a abrir los ojos y note que el mate, que acabábamos de usar, se bamboleaba al compás de sus impulsos, hasta que se estrello contra el piso…
En ese momento no aguante mas y quise gritar…
Peroel hombre estaba preparado para eso porque me había observado desde siempre. Y echándose de golpe con todo su peso adentro, me tapo la boca hasta que su propio grito contenido me anuncio que nada duratoda la vida.
A partir de esa tarde nunca más me tocaría, y aprendí que debía ser yo mismo el que buscara en otros el dolor que él había convocado en mí como la prueba más contundente de su amor...