Malinalco
Me dirigí rumbo al suroeste delEstado, después de viajar durante aproximadamente una hora y media desde Toluca la Bella, entre diferentes vegetaciones y climas, y dejándome embriagar con lasinuosa figura de la carretera, de pronto se me presento majestuosamente Malinalco con un paisaje equilibrado por el tiempo. Al entrar en él pude percibirlo especial del lugar, el recorrido de sus calles empedradas, su arquitectura colonial, la calma que se percibe, logró que imaginara el olor a copal de unaceremonia prehispánica o del incienso de su ex convento del siglo XVI que resguarda el templo del “Divino Salvador” con su toque plateresco.
En el noroestedel pueblo, levante la cabeza y coquetamente se asomó en lo alto del cerro la zona arqueológica única en América, la cual nos inunda de misticismo con suedificio monolítico –tallado de una sola piedra- llamado Cuauhcalli, “casa del sol” o “casa de las águilas”; aquí estaba ceñido un centro ceremonial, donde loshombres podían admirar el valle, convertirse en guerreros y purificarse, pude ascender a la cumbre a través de 13 niveles y 354 escalones y al final por unmomento me sentí un guerrero.
Así lo vi, lo sentí; que tal si se dan la oportunidad de visitarlo en su próximo fin de semana, les aseguro no los defraudará.
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