Manipulación y censura en el franquismo
A este nivel, básicamente se detectan tres posiciones: el lugar común, la postura minimalista y ,como contraposición, la postura maximalista. Y así, en primer lugar se constata una obligada mención, siquiera sea por no preterir lo insoslayable. Son menciones a la censura que no searticulan con ninguna consecuencia o efecto de la misma. Su misma frecuencia termina por hacer opaco su alcance y relega el tema “a la categoría de los lugares comunes”[1].
La segunda postura es la posición “minimalista”, aquella que se esfuerza en demostrar la levedad de su incidencia respecto a la producción cultural. Esta posición se puede considerar correlativa a aquellos que proclaman quela cultura “disidente” no partió de un punto cero, o niegan la existencia de un “páramo cultural”. Su argumento principal es que la censura es universal, y por otro lado, y apoyándose en datos supuestamente fehacientes, reducen su incidencia al dato cuantitativo[2].
La tercera posición es “maximalista”. Ocurre entonces que censura y producción cultural vienen a convertirse en términospoco menos que sinónimos. El término se torna omniabarcante y pura tatutología ya que por su indistinción es incapaz de explicar cualquier aspecto de la misma. Es el nivel de la denuncia, donde se percibe cierto eco de resentimiento[3]. Es evidente que estas tres posiciones desactivan cualquier interés por el tema, y conducen a un callejón sin salida en lo que al estudio del mismo se refiere[4].Entre quienes han estudiado con mayor profundidad el fenómeno de la censura, existe una adscripción, tácita o de hecho, a la definición que de la misma da M. L. Abellán: “Por censura hay que entender el conjunto de actuaciones del Estado, grupos de hecho o de existencia formal capaces de imponer a un manuscrito o a las galeradas de la obra de un escritor – con anterioridad a su publicación –supresiones o modificaciones de todo género, contra la voluntad o el beneplácito del autor”. En el mismo artículo, y más adelante, Abellán relaciona esos “grupos de presión”, “con los medios de difusión de prensa y radio” [5]. Traemos a colación la definición apuntada porque aunque es evidente que lo que en ella se define es la “censura institucional”, censura que aunque teóricamente es el aspectocentral del que se ocupan los estudios sobre censura, de hecho en la práctica dichos estudios operan con muchos más presupuestos. El resultado es una confusión entre conceptos que, aunque interrelacionados, en nada benefician a la hora de definir campos de estudio precisos. Y ese es un aspecto disuasorio, en otro orden de cosas, pero de resultados similares, a la hora de afrontar un estudio sobrela censura. El problema de tal definición es que se trata, por así decirlo, de una definición ya adjetivada. Pero con anterioridad a la censura referida a un período cronológico concreto – inseparable de un modo de actuar y de unos efectos determinados – cabe tratar de definir la censura en sí misma, y hacerlo diferenciándola del concepto de represión cultural con el que a menudo se la confunde.Ha sido en el campo del psicoanálisis donde más se ha teorizado sobre ambas cuestiones, y así podemos leer que: “El inconsciente es un discurso que fue pronunciado “en persona”, en la primera sobre todo. Es muy probable que haya sufrido modificaciones debidas a la represión, otras las sufre con ocasión del retorno a la conciencia por la labor de la censura”[6]. Y del mismo modo, que la...
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