Maria contreras garcía
Me llevé todo el año hablando por Facebook con Michelle niña que según su perfil parecia ser la típica chica sueca, rubia, ojos azules, delgada y con personalidad rara. Poco a poco la iba conociendo más y me iba haciendo una leve idea de lo que sería convivircon una familia desconocida durante 28 dias. Aún no terminaba de ilusionarme la idea del intercambio de hecho el dia del vuelo fue para mi como un dia más y la noche antes estuve haciendo la maleta como el que se va a un pueblo cercano de donde se vive. Tampoco me preocupaba mucho el echar de menos a mis padres, porque sabía que yo era una chica de personalidad fuerte y que no me iba apasar nadararo por ahí fuera. Bien, pues, llegó el momento. Me había encargado de despedirme de todas y cada una de mis amigas. María, Carmen, Tuqi, Alba… Sobre todo sabia que iba a echar de menos a María no mi única, pero si mi mejor amiga. Es una chica igual de alta que yo, ojos color café y delgada, semanas antes había estado alludándome con el papeleo de mi nuevo instituto. Mañana tras mañana cojía elautobús y quedaba con ella de manera que íbamos al instituto y orgnizábamos mi futuro año. De vez en cuando se venía a mi casa a dormir y yo a la suya el ultimo dia dormimos juntas en su chalet bajo el manto de estrellas que cubria el cielo azul y me ayudó a hacer la lista de cosas que me tenía que llevar en la maleta. Porque ella había ido mucho de viaje y tenía idea de cómo iba la cosa. Se encargóde recordarme que le comprase un regalito, es más lo apuntó en un papel y me lo dio. Aun así nunca llegué a sacar el papelito
- Despierta, María ? Vamos a llegar tarde.
Mi padre, Javier un hombre alto más bien fuerte y de ojos azules ( los cuales yo había heredado) se dignó a despertarme cinco minutos antes de que sonase el horrible ruido de la alarma de mi móvil y digo horrible porquesiempre acabo cogiendo manía a cada una de las canciones que utilizo de despertador. Bien pues, retrocedemos un poco y nos volvemos al momento en el que abro los ojos por primera vez en mi vida, digamos que fue debajo de un grifo. Os preguntareis, ¿ debajo de un grifo?, si. Estaba muy agusto en el vientre de mi madre, cuando derrepente noté como dos manos me sujetaban la cabeza y tiraban y tiraban...
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