Martes con mi querido profesor
Mitch, ensu rol de universitario conoce a Morrie, profesor que imparte clases de Psicología Social. Éste último terminará por cambiar la perspectiva que tiene su alumno con respecta la vida y a la muerte. Leabrirá las puertas del porvenir, inyectándole pasión por la vida, deseos de procurarse un futuro digno a través del único sentimiento que para Morrie lo podía todo: El amor.
El tiempo cobra facturasobre el vínculo de amistad de estos dos personajes; Mitch egresa de la universidad y se sumerge en la cotidianidad del ciudadano que trabaja por dinero. Conforme gana edad, pierde convicciones; en lamedida que engrosa su billetera, empobrece su alma. Trabajo y dinero moldeaban su existencia. Y así, Va y viene sin dedicarle un pensamiento, un grano de recuerdo a su querido profesor.
En otro poloemocional, Morrie ha contraído una enfermedad que sólo se cura con la muerte. Aquel hombre que disfrutaba tanto el baile, ahora dependía de una silla de ruedas para su fatiga infatigable. Aún así,consciente de su situación, y con un panorama aparentemente desolador y adverso, este catedrático asume una actitud optimista y una visión de naturalidad hacia la muerte.
El ayuno de esta amistadterminó dieciséis años después, cuando Mitch escucha en un una entrevista que citan a su antiguo profesor. Es entonces cuando florece la iniciativa de un acercamiento, de un reencuentro. Este se dio, y laalegría con que ambos se reconocieron volvió a sensibilizar sus vidas. Eran otras circunstancias, claro, pero era el mismo espejo interior.
Cada martes, al igual que el día que se miraban en el aulaaños atrás, se reunían para charlar sobre distintos temas. El profesor sabía de qué pie cojeaba su alumno; a veces le disparaba a quema ropa preguntas reflexivas, tales como: ¨ ¿Estás aportando...
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