Memoria! Nunca Mas..
El silencio y la ceguera inducida o voluntaria casi siempre han ido de la mano de grandes atrocidades. Los bombardeos en Camboya; los campos deaniquilamiento del Khmer Rojo; las limpiezas étnicas en los Balcanes, en Burundi, en Etiopía, en Uganda; la política británica de tierra quemada en Sudáfrica; el Holocausto. En estos episodios, deentre una lista que llenaría cientos de páginas, el silencio y el ver hacia otro lado fue una constante. Las primeras noticias de los campos de concentración nazis fueron relegadas a pequeñosespacios interiores por los editores judíos del New York Times para no dar la impresión de que eran manipulados por la propaganda.
En la última semana de abril conmemoramos los “días delrecuerdo” del Holocausto. Creo que todo el año debiera serlo. Debemos aprender del pasado. Hay que prohibir el olvido. En el Yad Vashem de Jerusalém, en el Museo del Aparheid enJohannesburgo, en los memoriales en Riga, Auschwitz, Mauthausen; en el testimonio del Gúlag soviético; en el recuerdo de los Laogai de la “revolución cultural” china, está la memoria que es la únicadefensa contra las bestialidades en las que nuestra especie incurre cíclicamente y “justifica” con las más terribles doctrinas.
Al revisar los archivos, descubro que desde 1933, aquí y allá,en diarios norteamericanos locales de poca circulación, se dieron noticias que debieron haber sido como focos rojos; compruebo una vez más que las hemerotecas son como dedos acusadores.
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