Mesianismo y fatalismo en trabajo social

Trabajo práctico: Mesianismo- Fatalismo

Bibliografía: Iamamoto, M. Villela. “Servicio Social y división del Trabajo”, Capítulo 3. Cortez Editora. San Pablo. 1992.

Integrantes: Pensa, Mariana

Consigna:

1-identificar en el proceso de intervención en el Centro  de práctica dos situaciones que expresen una posición mesiánica y una fatalista. Fundamentar por qué lo son.
2-Dar cuenta delproceso de resignificación-superación que realizó el grupo respecto a la situación narrada.
 
1) En principio, nos parece importante dar cuenta de lo que significa tanto el fatalismo como el mesianismo en el Trabajo Social, siendo estos dos comportamientos diferentes frente a la práctica profesional de nuestra disciplina.
Como plantea Iamamoto, el fatalismo está inspirado en un análisis quenaturaliza la vida social, traduciendo en una visión “perversa” de la profesión. Desde esta postura el capital es entendido como natural y perenne (inmutable), a pesar de las desigualdades evidentes. Desde esta perspectiva el Trabajo Social se encuentra atrapado dentro de las redes del poder monolítico y sin nada que hacer, más que poder perfeccionar las tareas formalmente atribuidas al colectivoprofesional por parte de los demandantes de la profesión.
Por otro lado, el mesianismo que privilegia las intenciones, los propósitos del sujeto profesional individual, en un voluntarismo preponderante que no consigue develar el devenir la realidad social en constante movimiento y las determinaciones que la práctica profesional incorpora en ese movimiento. El mesianismo se traduce en una visión“heroica”, ingenua de posibilidades revolucionarias de la práctica profesional a partir de una visión mágica de transformación social.
Vale aclarar que tanto el mesianismo como el fatalismo se encuadran dentro de un análisis de la práctica social que pierde de vista al no ser capaz de captar la historicidad del ser social gestado en la sociedad capitalista.
Una vez aclarados los conceptos nosgustaría proceder al relato de dos situaciones que surgieron en nuestro proceso de intervención, que podrían encuadrarse dentro de ambos tipos de comportamiento explicitados anteriormente.
En primer lugar pudimos identificar claramente una posición en la que se visualiza el fatalismo en nuestra intervención con Alejandra, una de las pacientes que concurren al Centro de Día Enrique Pichón Rivière.Alejandra, madre de cinco hijas, vive una situación tanto económica como familiar muy compleja, donde reina la violencia y la fragilidad de los vínculos así como también viven una situación económica que no permite de ningún modo descomprimir aunque sea de forma parcial las relaciones conflictivas intrafamiliares. En este contexto apenas detallado nuestra estrategia de intervención estabaorientada en un principio en el reconocimiento de recursos barriales (institucionales y referenciales) en Ensenada, lugar donde vive Alejandra, este accionar conjuntamente realizado con ella apuntaba a poder encontrar diferentes opciones en pos de la integración y el fortalecimiento de los lazos con la comunidad, lugar privilegiado en el que transcurre la cotidianeidad de Alejandra cuando no asiste alCentro de Día. Así también nos parecía importante establecer lazos entre la comunidad y la institución, la cual así podría ser una referencia en caso de eventuales situaciones problemáticas que pudiesen derivar en intervenciones policiales o internaciones. Si bien en esta dirección se orientaba la línea de intervención no pudieron ser cumplidos los objetivos. Relizamos el relevamiento institucionaltanto solas como en compañía de Alejandra, quien se mostró animada a la hora de ser entrevistada y de recorrer el barrio con nosotras, sin embargo no tuvo interés en estar participando en ninguna actividad barrial, haciendo referencia a que no podía perder tiempo si no era a cambio de algún dinero, situación sumamente entendible en el contexto económico que se desenvuelve. Cabe aclarar que...