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TEATRO

La niña en la palomera
En el "programo" de IM. Niña en hi Palometa, Fernando Cuadra narra el como y el cuando de la gestación
de su obra. Es un reíalo que impresiona por la honradez
de la exposición y porque, en cierto modo, permite un»
aproximación exacta de lo que es un dramaturgo en
nuestra medio. Cuadra dice:
". . . pienso que es urgenle protestar v denunciar;
yo sólo sé hacerlo através de este lenguaje vivo y funcional que es el teatro. No conozco la aguda sabiduría
del político ni del experto en análisis sociológicos; no
capto la sutil lueubración del sicólogo o economista; no
me siento con autoridad para bucear en la contextura
moral de quienes me rodean. Sólo sé expresarme por
medio de creaturas que un día alzarán su voz para "dramatizarnos" su conflicto sobre unescenario".
Cuando terminó la representación, volví a leer el
lexto de Cuadra en el programa. Era evidente para mí,
que había sucedido algo entre ese impulso inicial, y el
instante en que dio por terminada su obra dramática.
No es un hecho casual. A todos los autores chilenos les
ha sucedido en mayor o menor medida y, aún cuando la
lealtad con la obra literaria nos impide, al momento, reconocer el saltoal vacío en que caímos, él existe y malogra
las mejores intenciones.
Porque La Niña en la Puluniera que principia siendo
un cuadro vivo y de interés ambiental, con un personaje
protagónic» vital, a medida que va avanzando en su
trama se va transformando en un drama convencional,
recargado de lugares comunes, de escaso interés dramático.
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Sergio Vodanovic

Lo dicho bastaría para descartar laobra y reducir
la crítica a cuatro párrafos. Ha habido críticos que han
obrado así, desdeñando un trabajo de creación que se
advierte intenso y arduo. Es, por cierto, el camino más
fácil. Aquí, en Mensaje, donde ninguna obra literaria
honrada —y ciertamente La Niña de la Palomera lo es—
puede ser tratada con desdén, intentaré el camino difícil del análisis.
Estimo que Cuadra no fue consecuente con suplanteamiento del programa. El se denomina un mero dramaturgo y dice no conocer las funciones del político,
del sociólogo, del moralista o del economista. Esto presupone una forma de acercamiento a la realidad, forma
que rechaza todo prejuicio. Escribir, escribir teatro, novelas, cuentos a poemas, es una forma de conocer la realidad, ahondarlo, conformarla y extraer de ellü una obra
literaria.Los políticos, los sociólogos, los economistas,
los psicólogos, los moralistas, que son hombres <.k' ac
ción, encontrarán en ella, si es válida, material para su
actividad. Pero Cuadra no me parece haber ahondado con
actitud dcsprejuieiada en la realidad que muestra. Ha
querido, políticamente, protestar y denunciar para ayudar a cambiar "una estructura social que conoce y sabe
cuál es la solución".Ha juzgado como moralista: "Vivimos en un inundo que cada día renuncia con mayor
facilidad imprudente al amor y. en su reemplazo, busca
los sustituios menos nobles". Hace un diagnóstico sociológico previo: "Y en medio de la guerra y una paz en
crisis permanente, no es menos importante la desintegración del hogar y sus consecuencias inherentes",
Yo comparto todos y cada uno de los asertos queCuadra plantea en el programa. Nuestra discrepancia
estaría en que no es posible partir de ellos para hacer
ni una obra teatral, ni una obra literaria cualesquiera,
lo que no significa que ellos no se pueden desprender
naturalmente de la obra, a posterion. ¿Por qué? Simplemente, porque en esa forma y con ese método, se

condiciona a la obra. Y, en vez de reflejar una realidad
fresca y directa, pasa aser la ilustración de una posición intelectual. Los personajes quedan, así, limitados
al imperio no de sus necesidades vitales o de sus experiencias, sino de la necesidad que el autor tiene para
acreditar la tesis que previamente lia trazado.
Y en La Niña cu tu Palomera se ñuta esle esfuerzo.
Son admirables algunos rasgos de la p¡t>tagnnisia. Es un
personaje bien observado, al que el autor se...