Neocampesinos: Furtos De Utopía

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Frutos de Utopía: xxx(aún no sé)

La primera vez que vi una huerta tenía cerca de siete años. Fuimos de paseo a una finca por el fin de semana, yo llevaba a mi compañíapredilecta, Tita, una muñeca “repolla” de la que no me despegaba. Tita era nueva, aunque no era mi primera repolla, sólo hasta que la tuve en la caja pude entender su historia; Los Cabbage Patch Kidsvenían de repollos rociados con chispitas mágicas por abejas-conejitos y nacían, para ser adoptadas por niños y niñas. Ninguna muñeca era igual a ninguna otra y todas venían de una huerta mágica.Fue tal vez esa historia la primera de muchas más que vendrían a mi mente sobre la magia de las huertas y del campo. Muchos años más tarde, habiendo sostenido una relación igual de especial conlos cultivos de alimentos y con los modos de comer no puedo decir que perciba el campo de una manera distinta. Sin embargo, este país y el mundo moderno dan un tinte claroscuro al campo, por un ladoun lugar de nacimiento y por otro uno de destrucción, violencia y desarraigo. No es mi intención hacer un perfil sobre campesinos ni formas de producción agrícolas, definir el campesinado y sus formasde acción política pues muchos de los significados apropiados de autores de los sesentas y setentas resultan poco más que peligrosamente anacrónicos para el campo y el campesinado de nuestros días.La perspectiva de un campo ensangrentado y profundamente desigual de migraciones masivas hacia espacios urbanos y del continuo decrecimiento en los productores campesinos es si acaso la punta deliceberg del complejo problema de los alimentos, a saber, el de una población mundial que se multiplica mientras disminuyen los productores campesinos, hechos como el alza en el precio del petróleo encarecelos fertilizantes y el costo de transporte de las fuentes de los alimentos a las grandes ciudades, la creciente demanda de biocombustibles y carnes en la dieta de las personas disminuye el área...