no hay paraiso sin metas
Si has sentido un escalofrío recorriendo tu cuerpo al leer el párrafo anterior y se te han puesto los pelos como escarpias, no hace falta que me digas más: eres actor. Y de los resabiados, posiblemente. ¿Cuánto tiempo hace que esperas escuchar las cinco palabras mágicas que pueden cambiar tu vida: “Tienes-un-casting-con….” (Aquí añade el nombre de tudirector de casting más admirado)? ¿Meses? ¿Años? ¿Una eternidad? ¿Ya eres viejo?… Puede que haga tanto que, si se te aparece un Enanito Verde para concederte un deseo, ya no pidas "tener éxito en mi profesión", sino "quiero una prueba para un protagonista con un director de casting, porfa, porfa, porfa…". Ya puestos, y como es tu fantasía, le das detalles al enano y le especificas que sea conuno de los grandes, de los legendarios, de los míticos. De esos que convierten decisiones en mandamientos sagrados, de los que, con una palabra, transforman a un intérprete anodino en celebridad. Que luego superes o no la audición, ya será responsabilidad tuya o, si acaso, ya te buscarás otro bicho concededeseos, pero lo único que tú pides es tener la oportunidad, la opción de demostrar que eresbueno y estás preparado para triunfar y ganarte la vida con lo que más te gusta (que no es servir copas hasta la madrugada sino actuar).
Pues sí, actor resabiado, ya te has dado cuenta, ¿verdad?: Es más fácil que te conceda audiencia el Papa que un director de casting. Y no porque tu representante, que tanto cree en ti, no se lo curre a muerte que, a estas alturas, o bien ya habrá vendido su almaa Satanás o estará buscando tutoriales en internet sobre “Cómo hacer sacrificios humanos y/o animales a dioses chungos a cambio de un casting para mi actor favorito”. Tampoco porque al director no le apetezca o, ¿qué te crees, que a cualquiera de ellos no le da subidón reconocer un nuevo talento? ¿Que su mayor satisfacción no es adjudicarse la victoria de descubrir una estrella? Pero entre lainmensa cantidad de profesionales estupendos que aspiran al mismo papel y que los productores (que al fin y al cabo son los que ponen la pasta) prefieren no arriesgar con caras nuevas, las posibilidades de que te vean a ti son reducidas tirando a escasas. ¿Te parece injusto? Y a mí, no te fastidia. Si estuviéramos en un mundo ideal y perfecto, tú serías el prota de todas las series y pelis de la teley yo cabalgaría a lomos de un corcel blanco de sedosas crines hacia la puesta de sol en lugar de estar escribiendo esto. Pero hoy por hoy es nuestra realidad, y no porque sea difícil vamos a rendirnos, ¿no? Así que, dejémonos de lloriqueos y pensemos en lo que puedes hacer para ser uno de los elegidos.
Para empezar, aplícate las enseñanzas de ese gran proverbio que dice: “Una cebra no tiene quecorrer más que el león, sino más que las otras cebras”. Es decir, trabaja y estudia más que cualquier actor, aprende disciplinas artísticas nuevas y diferénciate del resto, no confíes sólo en tu talento sino también en tu preparación, busca un representante que luche por ti, persevera, no pierdas nunca la ilusión y sobre todo, intenta tener paciencia, mucha paciencia. Y ¿qué es lo que no...
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