Otro Mundo, Otra Vida, Otra Forma De Pensar
En esta ocasión el visitante era un espécimen verdaderamente extraño (...) tendría unos cuarenta años y una cara alargada con una barbita como de chivo (...)la tenía de filósofo. No es que alardease de ello pero en su forma de hablar y en sus modales había algo que a mí me sugería esa posibilidad. Deduje que debía de ser otro de esos antiguos compañeros de estudios del maestro, por la manera franca y directa que tenían de dirigirse el uno al otro. El maestro (Kushami) parecía impresionado (...) y, cosa poco habitual en él, soltó una carcajada ypreguntó:
- ¿Y tú? ¿Qué pasa contigo?
- ¿Yo? Yo soy como un ñame: por más que crezco, no acabo de salir del lodo.
- Al menos pareces no tener preocupaciones, siempre tan compuesto y en tus cabales, y con ese buen sentido del humor. Realmente te envidio.
- Soy un tipo como cualquier otro, no te creas. No hay nada en mí digno de envidiarse. Aunque, al menos, tampoco yo envidio a nadie...- ¿Económicamente te va mejor?
- No, igual que siempre. Lo justo para comer e ir tirando. Es decir, no tengo nada de qué preocuparme.
- Pues yo me siento tan a disgusto, que últimamente pierdo los nervios con una facilidad pasmosa. Aparte de quejarme y enfadarme, no hago mucho más.
- No hay nada de malo en quejarse. Cuando tengas ganas, quéjate abiertamente de lo que te apetezca. Almenos eso te dará cierta calma interior. Todos somos distintos, no se puede pretender que los demás estén hechos a nuestra imagen y semejanza. Fíjate por ejemplo en los palillos para comer y en el pan. Si no usas palillos, difícilmente podrás comerte el arroz, pero con el pan no sirven de nada. Para comerlo hay que cortarlo y cada cual lo puede hacer a su gusto. Un traje hecho a medida por unsastre te quedará como un guante nada más ponértelo. Pero uno fabricado en serie tardará años en adaptarse a tu cuerpo. Si los padres produjesen niños perfectamente amoldables a las condiciones actuales del mundo, todo funcionaría a las mil maravillas. Pero, si has tenido la desgracia de nacer normal, lo único que se puede hacer es adaptarse hasta encontrar la forma de encajar.
- No veo cómoadaptarme al mundo o a los demás. Es un proceso que me deprime.
- Si uno intenta meterse en un traje demasiado pequeño, es lógico que le cueste trabajo ponérselo, y al final se rompe. Por eso hay tantas peleas, tantos suicidios, tantas revoluciones. Tú, por ejemplo, te pasas el día disgustado. Pero no por ello vas a suicidarte ni a pelearte con nadie, ¿verdad? Nunca es para tanto. Podría ser aúnpeor...
- El caso es que me enfado constantemente por cualquier nimiedad, y con el primero que se me cruza por delante. Si no hay nadie contra quien descargar mi ira, me voy cargando de vapor, como una olla a presión a punto de estallar.
- Ya veo. Lo que te sucede es que te enfadas contigo mismo. Pero no hay nada de malo en eso.
- Pero ya me he aburrido de ser así.
- Pues entoncesdéjalo ya.
- Entiendo lo que pretendes, pero digas lo que digas, uno no puede hacer las cosas simplemente con pensarlas.
- Pues yo creo que sí. Pero dejando eso de lado, ¿cuál crees que es la causa de tu profundo descontento?
En respuesta a la pregunta de su amigo, el maestro empezó a relatar la larga y triste historia de los agravios que había sufrido últimamente. Empezó por el episodiode la guerra contra los alumnos de la Escuela de la Nube Caída, y, sin solución de continuidad, pasó a los vecinos que le apodaban «té salvaje», «tejón de barro», así como a los continuos incidentes con sus colegas de la escuela. Su amigo filósofo escuchó pacientemente y en silencio la larga lista de quejas y, tras una pausa, se dirigió al maestro con las siguientes observaciones:
- No...
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