palomas del tiempo

UN VIAJE INOLVIDABLE
Nací en Lima, tuve una infancia feliz, pero cada vez que iba creciendo maduraba me daba cuenta lo duro que puede ser la vida, lo que las personas pasan con su familia y sus trabajos. Me ponía metas y la mayoría trataba de superarlas, pero la mayor meta que me puse fue superar a mis padres, mi mamá era comprensiva pero testaruda, en cambio, mi papá era muy comprensivo y meapoyaba; mis padres se llamaban Don Basilio Flores Tito y Doña Justina Lagos Peña.
Recuerdo que a los 4 años, con mis padres nos fuimos a Andamarca a visitar a mis tíos Luciana Flores Tito y Víctor Flores Quillas, a veces pienso y me digo: “Andamarca con sus andenes hermosos, sus campos llenos de flores de todos colores y por sobre todo sus habitantes tan buenos y amables, y yo no disfrutabaestando ahí”; ahora quisiera volver y quedarme ahí en ese hermoso pueblo y ver las ruinas de Caniche que son tan cuidadas por todos sus pobladores. Recuerdo que al estar allí me sentaba en un banquito hecho de cemento junto con mi tía, ella me contaba hermosas historias, todas tenían una reflexión.
La madre naturaleza ha estado poseída de su mejor inspiración cuando ha dibujado paisajes de ensueñoen este vallecito apacible, rodeándolo de montañas afectuosas y amigas, adornándolo con verdes quebradas, manantiales y acequias inquietas, protegidas por un cielo eternamente azul. Andamarca, sin lugar a dudas, es un pueblecito encantado que deshilacha con pasión sus vivencias desde las primerísimas horas de la madrugada. Muy tempranito, empiezan a escucharse los pasos cadenciosos de hombres ymujeres dirigiéndose a sus quehaceres, mucho antes de que el sol siquiera hubiera despertado de su profundo sueño. Enseguida, empezará la embriagante sinfonía de miles de aves cantando alabanzas al Creador por un nuevo día y una renovada esperanza. El andamarquino concentra sus labores en el campo, es permanente su contacto y amoroso enfrentamiento con la madre tierra para obtener frutos de vida.Durante el día, como que las rectas y empedradas callecitas van aguardando en respetuoso silencio el retorno de las gentes. Cuando el sol ya se ha despedido, hombres y mujeres, jóvenes o ancianos van confluyendo a sus casas, en busca del reparador sosiego. En poquito tiempo, todas las puertas, aún de los negocios, estarán cerradas, las luces han ido rindiéndose paulatinamente, nada turba ahora lapaz de un pueblo que descansa.
Casi siempre peleaba con mi primo se llamaba Fabio Ramos Huamaní, él siempre me decía: “Vamos, hay que decirle a mi mamá que haga mote para los dos”, yo le hacía caso, pero al final me quitaba y se lo comía, iba donde mi tía y le decía: “Tía, Fabio me quito todo el mote”, ella iba donde mi primo y le gritaba le decía palabras en quechua, no entendía solo sabía que miprimo siempre lloraba; pero no todo era peleas también jugábamos, casi siempre jugábamos a “SAN MIGUEL”, con la mayoría de los niños. Mi tía tenía la costumbre de que todos los domingos vayamos a misa donde estaba el Padre Claudio; mis padres no tenían la costumbre de ir a misa pero desde que mi abuelita les enseño empezaron a ir, y se dieron cuenta que no era tan aburrido como ellos pensaban. Ycomo no recordar aquella fiesta del mes de agosto donde el pueblo festeja al patrón “San Isidro Labrador”, fiesta que hace que todos los andamarquinos residentes en Lima regresen a su pueblo que los viera nacer. Es una fiesta de comuneros. Revolotear de trenzas y polleras. Oleadas de chicha de jora y calentito. Zapateo interminable. Pueblo conquistado por un batallón de mágicos danzantes, quecon piruetas hechiceras, rompen el marasmo de la rutina y colorean las calles con los pinceles de la irreverencia.
Y la tierra se contagia del frenesí de los hijos de las alturas y se anima a bailar en vertiginosos remolinos cargados de polvo; entonces, el arpa ronca con furia y el violín derrama melodías confusas en todos los rincones del distrito de Carmen Salcedo-Andamarca, provincia de...