Paulo freire

Lic. Educación comunitaria con énfasis en DDHH- Pulo Freire
Diana Alexandra Rodríguez Chacón

¿De que manera el educador contribuye en la búsqueda y construcción sujetos críticos y transformadores sin hacer de su praxis un mecanismo de adoctrinamiento y domesticación?

El dilema trágico de los oprimidos y la dualidad del ser (opresor-oprimido) configura el primer elemento de análisis delas relaciones de poder que se tejen entre educadores y educandos en la práctica educativa, que no podría ser praxis liberadora sin la expulsión de la sombra opresora que tiene el educador como oprimido y tampoco sin la conquista del mismo hacia su libertad, libertad que exige una búsqueda constante del ”ser para si”, “del ser mas” que el engranaje de la estructura dominadora, es por esto que lanecesidad de superar la situación opresora es un imperativo del educador, pues implica el reconocimiento critico de las razones de las realidades opresoras, para emprender así, acciones transformadoras frente a las mismas, acciones que permitan la emergencia y el parto de nuevas realidades mas humanas, que permita la afirmación del educador como hombre libre, responsable y comprometido con laliberación de los otros significando la humanización de todos.
La realidad opresora es funcionalmente domesticadora, en su conjunto de conocimientos, creencias, valores y actitudes, absorben a los individuos dando sentido a la experiencia rutinaria de sus relaciones con el poder que los gobierna, desde estructuras ideológicas, sociales, políticas, culturales que los condicionan, mas nunca losdeterminan , la interpretación critica de realidades objetivas y subjetivas y la constante interrelación dialéctica entre ambas, indiscutiblemente permitirá al educador-educando una praxis autentica, donde la acción y reflexión constituirán la esencia de su practica liberadora. En esta medida La reflexión sobre la acción significa una ruptura entre la inserción crítica del sujeto en la historiaatraves de su praxis y la simple inmersión del hombre - objeto en la misma, incapaz de captar su realidad, de conocerla y mucho menos de transformarla.
La dicotomía entre mujeres y hombres liberándose por si mismos y oprimidos liberados desde la domesticación alinean te de la masa, nos permite reconocer un segundo elemento que garantiza al educador una praxis liberadora, el método dialéctico,en función del reconocimiento de condiciones históricas complejizado el nivel de percepción de la realidad que tengan los oprimidos; el educador debe defender el permanente esfuerzo de reflexión de los oprimidos sobre sus condiciones concretas, clarificar conciencias y hacer una reflexión constante que defina la practica liberadora , donde los individuos se asocien, se movilicen y se organicenpara transformar, y re - hacer el mundo.
La relación del educador con el educando debe ser dialógica, reflexiva y comunicativa para que ambos educando y educador reconozcan en el otro una posibilidad de conocer críticamente realidades diferentes ,pero inmersas juntas, en la estructura de dominación del opresor, descubriendo juntos, “por si mismos y para si mismos” su realidad de oprimido,encaminando acciones y esfuerzos a la combinación de fuerzas, a la movilización de fuerzas, a la organización de fuerzas para la lucha por su liberación. Es en esta medida donde el educador es educador pero también es educando y donde el educando es educando pero también educador; este constante dialogo en la praxis liberadora es lo que la hace autentica, abandonar y dejar de creer en esa dialogización espermitir que la practica educativa caiga nuevamente en la domesticación reafirmando en el educador la sombra del opresor.
Existe un relato mítico que permite simbolizar bien la paradoja a la cual nos enfrentamos. Es el mito de Teseo y el mino tauro. Este relato expresa de manera inigualable la fatalidad de convertirnos en opresores buscando la superación de dicha contradicción en una praxis...