Pelos Cubicos
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Las “abuelas”, que no eran abuelas ni las Eréndiras eran sus nietas, sino un grupo de colombianos desalmados, que, con base en una estructura empresarial, no “macondiana” sino real,proveían de mujeres a sus clientes en prostíbulos diseminados en varias ciudades y pueblos de la Colombia.
Una operación de trata de personas que funcionaba mediante el engaño con avisos clasificadosen prensa y televisión, ofreciendo a mujeres jóvenes trabajos en prestigiosos hoteles y restaurantes. Una vez aprobado el examen para poder ingresar (examen físico de medidas y presencia, exigido porel cliente), el comisionista (persona encargada de reclutar y enviar las mujeres) despachaba “la mercancía” gracias a la solicitud de los compradores en los centros de acopio. Una vez allí, lasvíctimas eran despojadas del documento de identidad, las alcoholizaban y las sometían a uno de los oficios más antiguos y degradantes de la humanidad, la prostitución, obligándolas a pagar con “credicuerpo”los costos de tiquete y alimentación.
Afortunadamente, una valerosa Eréndira hace un año denunció la criminal operación y ante un majestuoso procedimiento de inteligencia policial (Sijín)acompañado por la Fiscalía General de la Nación, Seccional Medellín y la Alcaldía de la Bella Villa, los días 13, 14 y 15 de junio se logró desmantelar esta banda de trata de personas, con la captura de 69personas, 17 mujeres y 52 hombres, en Medellín, Bogotá, Cúcuta, Santa Marta, Cartagena, Barrancabermeja, Apartadó, Rionegro (Antioquia), Marinilla, Puerto Berrío, La Ceja, Doradal, Támesis, Barbosa,...
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