PEQUEÑA HISTORIA DE LA FOTOGRAFÍA BENJAMIN
BENJAMIN.
«Pretender fijar fugaces reflejos no es sólo imposible, como ha demostrado una investigación alemana rigurosa, sino que el simple deseo de asíhacerlo ya es una blasfemia. Porque el serhumano fue creado a imagen y semejanza de Dios mismo, y la imagen de Dios no puede fijarla una máquina humana. Como mucho, el artista, cuando está inspirado porel cielo, puede atreverse a reproducir los rasgos divino-humanos en su instante de mayor intensidad, y ello por orden superior del genio, pero sin ayuda de máquina alguna». [En este texto delLeipziger Anzeiger, de mediados del siglo XIX] vemos manifestarse claramente, con todo el peso de su grosería, el concepto más banal de ‘arte’, al que cualquier consideracióntécnica es ajena, y que hacomprendido claramente que la provocadora aparición de la nueva técnica sin duda representa su final. No obstante lo cual, es con este concepto, fetichista y antitécnico, de arte con el que los teóricos dela fotografía han ido trabajando durante casi cien años, claro que sin llegar a ningún resultado. Pues lo que han hecho ha sido acreditar al fotógrafo ante el tribunal que él destruía.
Pequeñahistoria de la fotografía
Obras II, 1, p. 380
Cuando los inventores de un nuevo instrumento lo aplican a laobservación de la naturaleza, nada es lo que ellos quisieroncrear en comparación conlos descubrimientos sucesivos cuyo origen es el instrumento.
Pequeña historia de la fotografía
Geoges Potonniée, Histoire de la découverte de la photographie –frase puesta en boca de Arago–. Cit. en W.Benjamin, Obras II, 1, p. 381
La diferencia entre la técnica y la magia no es sino una variablehistórica.
Pequeña historia de la fotografía
Obras II, 1, p. 383
Pero, ¿qué es el aura? Elentretejerse siempre extraño delespacio y el tiempo; la aparición irrepetible de una lejanía, por más cerca que ésta pueda hallarse.
Pequeña historia de la fotografía
Obras II, 1, p. 394
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