Periodista

Datos 350,000 152
importantes

Los héroes
de la sirena y
las luces rojas
en la

vida

de...

U

na mujer enfrenta riesgo de aborto
si no es tratada urgentemente. Los
seis meses de gestación de aquella
dama de tez morena, oriunda de las
Islas de la Bahía, corren el peligro
de terminar en malparto y es necesario el traslado de un centro hospitalario privado
a uno público.
Esmiércoles y el reloj marca las 10:05 am. La sirena de una ambulancia suena y ensordece. La luz
roja de la circulina alerta a todos y hace saber que
hay una urgencia para atender.
La unidad 42 está lista para la misión. Se desplaza
hacia el centro asistencial en el bulevar del norte
para ir a traer a aquella fémina con amenazas de

aborto.
En una ciudad de un millón de habitantes y más
de300,000 vehículos, la ambulancia sortea el infernal tráfico de media mañana. Al llegar al hospital
privado, José Luis Paniagua, un hombre de 42 años
de edad y de baja estatura, sale de la unidad con su
vestimenta impecable, pregunta en la recepción por
la paciente y le señalan la habitación 34. Mientras la
extrae del dormitorio, en la cabina de la ambulancia
lo espera su esposa Irela García,otra voluntaria,
quien acompañará a la mujer hasta el hospital Mario Rivas.
Paniagua se rifa de nuevo media ciudad de conductores indiferentes a la emergencia que va dentro
de la unidad y en pocos minutos llega a su destino.

Christian Baide. La Prensa

christian.baide@laprensa.hn

Ahora el paciente es la Cruz
Roja, es necesario brindarle
los primeros
auxilios para
que no desaparezca enla gran
ciudad; para
continúe atendiendo a los necesitados en los
momentos más
difíciles.

En el Rivas la espera el personal médico para ingresarla a la sala donde la atenderán los especialistas. La
embarazada tocando su abdomen lanza un suspiro de
nerviosismo; no está sola, su esposo la acompaña desde
la salida del centro asistencial privado.
La unidad 45 la conduce Edy Aguilar. A las4.30 pm
enciende el motor del Toyota Land Cruiser blanco,
para asistir un posible 1055. Es el código que anuncia
un herido de bala, como San Pedro Sula es considerada
una de las ciudades más peligrosas del mundo, con 78
homicidios por cada 100 mil habitantes, por ello el
código hace parte del día a día y no dudan en encender
sirenas cuando alertan de uno.
La emergencia es en el barrioGuamilito, cerca del
mercado. En tres minutos llega. Lo que parecía un
herido de bala, resultó ser un indigente, un enfermo
alcohólico con problemas de cirrosis hepática que yace
en la acera de la 7 avenida, entre la 5 y 6 calles, con
los insoportables rayos del sol sobre su venida a menos
humanidad.
Martín, de unos 45 años de edad, tiene el abdomen
inflamado por la enfermedad. Edy decidellevarlo al
hospital Mario Rivas. Con extremo cuidado, compasión y hasta simpatía por aquel extraño, lo sube a la
parte trasera de la camioneta. Un olor ácido, producto
de semanas o talvez meses de vivir en las calles de la
ciudad invaden el ambiente de la ambulancia. No es
un herido de bala como la llamada alertó, pero es un
ser humano con una urgencia. Una vez en el hospital, Edy entra con su“paciente”, pregunta dónde hay
espacio para Martín. Con indiferencia los médicos
indican que en la sala de espera, como les suele pasar
frecuentemente con los galenos.
Y es que estos hombres y mujeres anónimos, vestidos de blanco con la simbólica cruz en la espalda,
son como ángeles para aquellos que reciben su mano
cuando más la necesitan.
Edy se dispone a abordar la ambulancia cuandointerrumpe la salida un paciente que baja de un automóvil
particular para pedir que lo lleven en la camilla. Un
fuerte dolor de una aparente apendicitis no le permite
caminar; avanza lento, con pasos cortos y sin zapatos.
Sus calcetines blancos se están manchando de sangre
de otras personas. Los hombres se bajan de la ambulancia y le ayudan a llegar hasta la emergencia de cirugía.
Ya listos...