Periquillo sarmiento

LIBRO DEL PERIQUILLO SARMIENTO




INTRODUCCIÓN


El Periquillo Sarmiento es una novela picaresca. Su personaje central es un pícaro, un vagabundo ocupado en sobrevivir, que cuenta su vida. Sus días en la escuela y en la universidad, cómo las malas compañías lo arrastran al juego, al hospital y a la cárcel; cómo la fortuna le sonríe o le vuelve la espalda. El Periquillo cambia muchasveces de patrón y de oficio, recorre la capital y sus alrededores, viaja a Manila, tras un naufragio llega a una isla en el mar de la China, y regresa a su patria para seguir sus aventuras.






Postrado en una cama hace muchos meses, entre médicos y enfermedades, esperando con resignación el día en que tengan que cerrárseme los ojos, queridos hijos míos, he pensado dejarles escritos lossucesos de mi vida, para que sepan cuidarse de muchos de los peligros que amenazan y lastiman a los hombres en el curso de sus días.

Nací en México, capital de la Nueva España, por los años de 1771 a 1773, de padres que no eran ricos pero tampoco Vivian en la miseria. Me bautizaron, me pusieron por nombre Pedro y por apellido, como se acostumbraba, el de mi padre Sarmiento.
Mi madre era bonita ymi padre la amaba mucho. Con esto, y con el convencimiento de mis tías, se decidió ponerme una chichihua, como acá decimos, para que me amamantara.

Mi padre era un hombre sensato y se oponía a todas las simplezas de mi madre, así que no permitió que me cubrieran de amuletos para protegerme del mal ojo y otros peligros imaginarios.
Pero apenas comencé a crecer, bastaba que yo manifestara eldeseo de cualquier cosa para que mi madre hiciera lo imposible por dármela, aunque yo no tuviera razón.


Llegado el día, hizo sus pucheritos mi madre, yo un montón de berrinches, pero nada valió para que mi padre cambiara su decisión: aunque no me gustara, me mandaron a la escuela. En esos días yo vestía saquito verde y pantalón amarillo. Esos colores, y el que mi maestro me llamara Pedrillo,hicieron que mis amigos me apodaran Periquillo.

Un día llegó un clérigo para inscribir a un niño en la escuela pero, cuando vio la mala ortografía de mi maestro, le dijo:
Me llevo a mi sobrino. Usted tiene buen corazón, pero para ser un buen maestro hacen falta conocimientos, virtud y vocación. Y lo único que usted tiene es la virtud.
Después de eso, mi maestro decidió cerrar la escuela.Cinco días después me llevó a su escuela y me dejó bajo su espantosa tiranía. Mi nuevo maestro era alto, seco, medio canoso y muy bilioso.

Cuando termine la escuela, mis padres me dejaron descansar unos días, y luego comenzaron a ver qué sería de mi vida. Mi padre se sentía viejo y pobre y quería que yo tuviera un oficio; decía que más valía que yo fuera un mal oficial que un buen vagabundo.Mi madre quería que yo siguiera estudiando. Y como ya no supo qué decir, comenzó a llorar. Con sus cuatro lágrimas echó por tierra toda la firmeza de mi padre. Como él la amaba, la abrazó y le dijo:
No llores, hijita, no es para tanto. Lo que te digo es lo que me dictan la razón y la experiencia, pero si es tu gusto que estudie, ¡pues que estudie! Yo no me opongo.


Llegó el día en que mepusieron a estudiar, y fue con don Manuel Enríquez, célebre por su habilidad para enseñar gramática latina. Me dejó con la cabeza llena de reglitas.

Después de tres años terminé mis estudios con este maestro. Lo que mis padres no sabían era que, como en esa escuela había todo tipo de niños, en esos tres años yo había escogido por amigos a los perores y me había conversito en el más maldito detodos.

Acabé mi gramática, como les cuento, y entré al máximo y más antiguo Colegio de San Idelfonso para estudiar filosofía. Aprendí mis sofismas ridículos, con los cuales presumía ante mis compañeros más cándidos.

Finalmente llegó al día de mi examen. Sostuve las pruebas de manera satisfactoria y me dieron, por unanimidad, el grande, sonoroso y retumbante título de bachiller en artes....