Primer PAso.

Iba caminando por el mismo infierno, la escuela, pero no era por el estudio o las tareas, era por como me trataban en este.
Voy en 6to grado de primaria, tengo 11 años y peso 70 kilos, y por eso todos mis compañeros me dicen “gorda” “fea” “vaca” o cosas así.
Luego de las vacaciones de este ultimo año mi meta era cambiar mi apariencia y vengarme de mi peor enemigo, el que hizo que toda miprimaria sea una pesadilla: Eduardo Cox. ¿Qué pretendía hacer? Enamorarlo y romperle el corazón.

Ahí estaba yo, sentada sola en la cafetería como desde el primer año de la primaria, pero este sería la ultima vez que todos me ignorarían y que me insultarían.
—¡Gorda! — no hacía falta que me diera vuelta, ya sabía quien era. — ¡Que bueno que no volveré a ver tu gordo trasero!

No lo miré, seguí conla mirada en mi charola.

—Vamos vaca, ¡di algo!
—Basta Eduardo. — le dije casi llorando.
—¿Porqué tendría que parar? No eres nadie. — se fue riendo con sus amigos.

Los niños eran muy crueles. Odiaba mi vida. Pero esto cambiaría.

PRIMER DÍA DE CLASES (PREPARATORIA).

Me desperté por el sonido de mi alarma, iba a volver a mi antiguo colegio luego de cinco años, me había cambiado paraalejarme de ese infierno y ahora que soy una nueva yo, voy a volver.
Ahora tengo 16 y mi peso es normal, luego de una intensiva dieta y mucho gimnasio soy como toda chica quisiera ser, flaca con curvas.
Me levante feliz de la cama, hoy empieza mi plan. Me vestí con unos shorts cortos rasgados, una blusa sin mangas, tacones negros, lentes oscuros y me hice un chongo alto. Desayune y cuandoestuve lista salí para mi viejo instituto en mi auto. Al llegar, todo estaba igual que antes, excepto el color de las paredes, ya no eran rojas, eran blancas. Me baje de mi auto, estaba algo nerviosa —tenia que admitirlo— pero trate de no demostrarlo. Fui a buscar mi horario y el número de mi casillero, cuando iba hacia este me cruce con la persona que mas quería ver, Eduardo Cox, lucía como todo unhombre, maduro y sexy. Comenzaba mi plan.
Paso por mi lado, cuando lo hizo le sonreí y el me guiño el ojo. Tenía la certeza de que todo iba a resultar bien.
El transcurso del día fue normal, en el almuerzo estuve con dos chicas que había conocido en mi clase de Química.
—Hola chicas. — dijo una voz gruesa a mi espalda —¿Nos podemos sentar? —las chicas asintieron sin hablar.
Primero se sentó endiagonal mío un rubio, al lado, un morocho y al lado de estos dos, nada mas y nada menos que Eduardo Cox.
—Hola hermosa, ¿eres nueva? — me pregunto Cox.
—Si, y tengo la impresión de que tu no. —dije sería, pero sexy.
—No, no lo soy. — sonrío — y, ¿como te llamas?
Mi cabeza empezó a maquinar muy rápido, ¿le digo mi nombre real o no? Lo mas seguro es que no se acuerde de mi, voy a tener queintentar.
—Fernanda, ¿tu cariño? — reí.
—Eduardo, Eduardo Cox. ¿Cuál es tu apellido?
Diablos, estaba acabada.
—Sopper. — dije algo nerviosa.
—¿Sopper? — me pregunto el rubio.
—Si. — respondí con miedo a que me reconociera.
—¿No te suena Eduardo? — mencionó de nuevo el rubio.
“Maldito, te odio” pensé.
—No, ¿porqué? ¿A ti si? — dijo sin importancia él.
—Si, algo, pero no se de donde. — yo reínerviosa.
—Hay muchas Sopper en el mundo. — dije tratando de excusarme.
—Como sea, ¿de donde vienes? — me miró con sus hermoso ojos verdes.
¡Maldición! Me ponía cada vez más tensa con sus preguntas.
—De aquí.
—¿Enserio? — dijo sorprendido —nunca te vi.
—No, por que iba a otra escuela.
—¿Cuál? — pregunto el rubio.
Maldito rubio, ¿acaso me quería hundir?
—Al “Sweet Amoris” — dije tranquilaya que no mentía en eso.
—Ah, si se cual es — exclamo Eduardo — mi prima va allí.
—Ah que bueno — mis nervios me comían por dentro.
—Dime. — volvió con su tono seductor — Este viernes es el partido de Fútbol Americano, ¿Iras?
—Eh, si claro —sonreí — ¿eres jugador o porrista? — todos sus amigos rieron.
—Jugador. — dijo serio.
—Ah bueno, entonces si iré — le guiñé el ojo.

Seguimos hablando...