primer

 Discurso




Vivimos en un mundo marcadamente individualista. A casi nadie le preocupa las consecuencias de sus actos sobreel resto de seres humanos, y mucho menos sobre el resto de seres vivos y sobre la Tierra en general, de acuerdo con una ética que califica lo bueno como lo que es útil para nuestros intereses.Desarrollamos formas de vida caracterizadas por el aislamiento, el placer consumista y la competición por los recursos. Nos consideramos libres y dueños de nuestros actos, pero en realidad permitimos que nosutilicen para intereses ajenos. Vendemos nuestro tiempo y nuestra creatividad

Utilizamos el tiempo libre como una huida, buscamos lo auténtico, o en la pureza de una comunicación humana quepensamos sólo se revela en el consumo de drogas.

Ponemos parches a nuestras vidas, pero apenas nos atrevemos a entrever las verdaderas causas de nuestra insatisfacción personal y de la fragmentaciónsocial: nuestro individualismo

No es fácil renunciar a nuestros comportamientos individualistas. Además, ¿dónde está la frontera entre la libertad y autonomía individual que queremos mantener, y lasactitudes egoístas o individualistas, que queremos abandonar? ¿Cómo compaginar nuestro profundo deseo de libertad para encontrar nuestro propio camino de crecimiento personal y el ineludible compromisocon el colectivo en el que se enmarca y hace posible dicho crecimiento? ¿Cómo encarar el conflicto?
Nos resulta difícil asumir el conflicto con nuestra transformación personal, aunque tenemos miedo.Necesitamos algo que nos ayude a superar a lo que le tememos y nos impida salir corriendo. Necesitamos un estimulante, una fuerza que nos mantenga unidos cuando surja el conflicto y aparezcantensiones y posiciones tendentes a la disgregación.

Abandonar el individualismo es reencontrar la comunidad. Es construir un espacio nuevo para la distribución de bienes y de afectos. Espacio de no...